Handelsblatt se refiere a los 14 aeropuertos privatizados por el gobierno de Tsipras que, casualmente, cayeron en las zarpas de la empresa alemana Fraport, que ha obtenido unos beneficios de más de 180 millones de euros en los nueve primeros meses de este año. Han superado las previsiones más optimistas. Los beneficios de Fraport han crecido casi un 14 por ciento gracias a Tsipras, más generoso con los alemanes que con los griegos. Un verdadero sicario.
La privatización y venta de los aeropuertos griegos a precio de saldo es uno de los más escandalosos saqueos de la época contemporánea. El servilismo de Syriza y los suyos es de tal magnitud que el contrato de venta fue redactado por una filial de la conocida empresa aérea alemana Lufthansa que, por lo demás, es accionista de Fraport.
Tsipras, Syriza y el gobierno griego en pleno no han pintado nada; son meros monaguillos de los monopolistas alemanes que se han hecho los amos de Grecia y la están saqueando a conciencia.
Pero eso no es más que una parte de la sangría: Fraport exige una indemnización de 70 millones de euros porque cuando tomó posesión de los aeropuertos, los encontró en un estado lamentable.
El saqueo (“privatización”) de la propiedad pública de Grecia ha sido parte integrante de los rescates griegos desde 2010, cuando se acordó el primero de ellos.
El FMI lo expresó así en una revisión del programa griego en 2011: “La transferencia de activos [privatización] creará la base para nuevas inversiones y crecimiento. De hecho las empresas estatales involucradas hasta el momento representan alrededor del 15 por ciento de la inversión total griega y 2-3 por ciento del valor agregado, y los nuevos propietarios tendrían un incentivo para que sean más productivos”.
Si, no cabe duda que la propiedad pública de Grecia es ahora mucho más productiva que antes. ¿Para quién?