¿Por qué no hubo maquis en Guadalajara?
El Manco de La Pesquera. Quico Sabaté. Caracremada, Ramón Vila Capdevila. Los hermanos Quero. Manuel Girón. Juanín y Bedoya, Amador y El Pena1… Son los nombres que atestiguan el maquis por todos los rincones del país.
En Guadalajara, desde donde escribo, apenas hay constancia de maquis. Los tuvo que haber. Se sabe seguro de su paso por el Alto Tajo2, y seguramente la Serranía y la Sierra Norte de Guadalajara se cobijaran varios de ellos. Es el entorno más amigable para individuos que no pueden pisar su pueblo cuando su nombre y su cara circulan por todas las comandancias y puestos de la Guardia Civil de la zona.
En este artículo se entremezclan maquis, la llamada España Vaciada y la represión franquista. ¿La España Vaciada por qué? A los pocos días del golpe de estado, comienzan a aparecer siniestras patrullas de falangistas que van deteniendo y haciendo desaparecer a republicanos de las zonas ocupadas. Muchas familias, ante el temor de que les ocurra lo mismo, deciden huir hacia zona republicana atravesando los montes3. En la gran mayoría de casos, se trata de trabajadores del campo con gran conocimiento del terreno y cuyos pueblos de origen no distan más de 20/30 km de la línea del frente. En este movimiento demográfico de miles de familias comienza la llamada España Vaciada. La gran mayoría de estas familias no pudo volver a sus casas.
La guerra parte la provincia en dos aprovechándose los accidentes naturales. En el Alto Tajo, los grandes barrancos se convierten en trincheras improvisadas mientras que el resto de la provincia, tiene por lo general, una orografía más suave. Este hecho propicia que los mandos republicanos comiencen a entrenar a grupos de guerrilleros formados por los huidos desde zona franquista, desde casi el comienzo del golpe de estado.
Guerrilla, que no maquis.
Cuando nos referimos a la guerrilla, nos referimos a grupos armados que operaban, durante la guerra, tras las líneas fascistas mientras que el maquis operó tras la guerra. Guadalajara fue un campo de combate para las guerrillas que operaron tras las líneas fascistas ejecutando numerosos ataques y sabotajes (como es el ataque al coche de Moscardó al paso por la venta de Aragoncillo)4.
Estas guerrillas operaron con gran eficacia durante el conflicto. Cumplieron en gran medida sus objetivos y tejieron una complicada red de apoyos dentro de la zona fascista: vecinos que pasaban información, familiares que les daban comida, escondite, etc. Es decir, hacían lo mismo que haría el maquis posteriormente.
Con toda la información recogida, estas guerrillas volvían sobre sus pasos a las bases que tenían en Trillo y La Solana (Guadalajara) donde la compartían con los mandos, muchos de ellos brigadistas internacionales (como Artur Illner, alias Richard Stahlmann5) o militares soviéticos como es el caso de Artur Sprogis, que en su juventud había sido escolta de Lenin.
La actividad de estas guerrillas puso sobre aviso a los mandos franquistas que, desde el comienzo de su actividad, reclutaron a numerosos grupos paramilitares: somatenes, falangistas, matones y guardas de la Unión Resinera Española y guardias civiles. Estos grupos tenían una función “contraguerrillera”. Pero, lejos de lo que el lector se pueda imaginar, estos individuos se centraban en la represión directa contra familiares, vecinos y amigos que habían quedado en zona fascista y, al no haber podido huir, prestaban información a los guerrilleros6.
El grupo paramilitar más importante fue la llamada “Guerrilla de Cobeta”, formada por voluntarios de las localidades de Torete, Orihuela del Tremedal, Lebrancón, Cobeta y Molina de Aragón. Entre los jefes figuran el falangista Raimundo Ochaíta Bachiller y el médico Eugenio de la Peña Lorenzo. El primero hizo gran fortuna tras la guerra: pasó de ser panadero en 1936 a ser uno de los grandes empresarios del autobús en Guadalajara en 1946. El segundo acabó siendo alcalde de La Pobla de Lillet (Barcelona), en un retiro cómodo antes de morir por causas naturales7.
¿Cuándo comienza la represion?
El Foro por la Memoria de Guadalajara ha cifrado en 822 personas asesinadas en el Cementerio de Guadalajara8 tras la guerra. Lo que supone el 5,12 % de la población de la ciudad.
Si hacemos una extensión de estas cifras según el total de población que tenía la provincia de Guadalajara en 19309 (203.998 habs.), el número de asesinados en la provincia de Guadalajara tras la guerra sería de 10199,9 habs.
Son cifras estadísticas porque 80 años después sigue sin haber registros de quién fue asesinado y donde está enterrado. Por ello, las cifras no dejarán nunca de ser aproximaciones. De lo que ocurrió durante la misma no hay recuentos concretos.
Al acabar la guerra, como ocurrió en todos los frentes de manera incomprensible, todos los que fueron soldados del Ejército Popular volvieron a sus pueblos esperando que nada ocurriera. Es decir, nadie pensaba en las represalias. Pero las represalias en la provincia de Guadalajara no comenzaron el 1 de abril de 1939. En nuestra provincia, como en otros muchos lugares que fueron ocupados desde el principio de la guerra, las represalian se inician nada más entrar las patrullas de falangistas y requetés.
Muchos jóvenes son testigos de como asesinan a padres, madres, herman@s, tí@s o abuel@s.
Son las primeras semanas del golpe, los frentes no están bien definidos y existe la posibilidad de cruzar el frente. Muchos jóvenes, en un esquema que se repite en toda la provincia, se organizan y van escapando en distintas tandas por las noches hasta generar un auténtico desierto demográfico en las zonas de las que huyen. Jóvenes que marchan con amigos, con la novia, con los padres, con los hermanos, etc. Muchos no volverán jamás. Atrás quedan pueblos totalmente vacíos donde la represión se centrará contra todos aquellos que no han podido huir: pastores, padres y madres que no pudieron huir con sus hijos, ancianos, vecinos, etc.
Es decir, en la Guadalajara ocupada desde el comienzo de la guerra: la represión comenzó contra esa red de apoyo y solidaridad que apoyaba a la guerrilla. Desapariciones, robos y asesinatos que se mantuvieron durante toda la guerra.
La represión del Estado franquista y sus grupos paramilitares destacó por los medios empleados. Para cortar toda ayuda a las guerrillas que operaban, la represión atacó a las familias y los círculos cercanos a los guerrilleros. Deportó a familiares, como en el caso de Isidora Merodio Robisco (natural de Luzón, Guadalajara), madre del soldado de las Milicias Aragonesas Mariano Merodio Merodio, donde este infome del Servicio de Información Periférico Militar (SIPM) ya indicaba las ideas “extremistas” del hijo10.
Pero no sólo se deportó o alejó a los familiares de los lugares de combate de la guerrilla. También, se utilizaron a los familiares y militantes de izquierda como escudos humanos en combates con la guerrilla, tal como se explica en este informe11 realizado en 1938:
¿Era posible el maquis en Guadalajara tras la guerra?
La represión ejercida contra familiares de republicanos en las zonas rurales ocupadas desde el comienzo del golpe de estado generó sus frutos: Guadalajara y sus zonas rurales se convertían en zonas pasivas tras la guerra. Al contrario de lo que ocurrió en las vecinas provincias de Teruel o Cuenca tras la guerra, donde operó la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), en nuestra provincia no se dieron las condiciones necesarias para que hubiera un maquis fuerte.
En Guadalajara, la lucha guerrillera se dio durante la guerra, no después de ella. Las operaciones de castigo fueron encargadas a siniestros personajes que serían premiados con grandes ascensos sociales. Personajes que centraron sus esfuerzos en eliminar a familiares y compañeros de los grupos guerrilleros. La represión fue tan brutal que impedía cualquier insurgencia:
“En la plaza comenzaron a pegarles. Toda la familia (de los “Barrabases”) al completo, más de un joven que había estado con nosotros, estaban siendo víctimas de la ira fascista. El médico (Eugenio de la Peña Lorenzo) me prendió de un brazo y me llevó a una ventana desde la cual se podía contemplar el espectáculo adecuadamente.
-¡Mira!, ¿qué te parece la justicia del pueblo? (me dijo con una cínica sonrisa y sin perderse aquella función).
[…]Cuando salí tuve que pasar junto a los cuerpos tendidos en el suelo. Aquel cuadro era espantoso. Habían hecho una auténtica masacre. La hija de los “Barrabases”, que creo que se llamaba Macaria, dejaba escapar de su cuerpo un gran regato de sangre, y su lengua se podía apreciar claramente que estaba fuera de la boca lo que hacía pensar que se encontraba muerta. La madre por contra todavía respiraba y se movía algo en el suelo. El joven estaba muerto seguro, y el señor “barrabás” también lo parecía. Sabían hacer bien su trabajo esa manada de carniceros.”12
El episodio lo cuenta el guerrillero Lino Muela. Hace referencia a la detención de la familia de los “Barrabases” en Cobeta (Guadalajara) y su ejecución por un grupo de matones en la plaza mayor del pueblo, en abril de 1939.
Ejemplos como este testimonio atestiguan los métodos de eliminación utilizados en nuestra provincia. Este caso es días después de terminada la guerra. Pero esos mismos ejemplos son trasladables durante la misma como se pueden ver con el uso de escudos humanos por patrullas de militares y falangistas.
¿Acaso los métodos empleados en la provincia de Guadalajara fueron ejemplo para el resto del país?
Éso no es posible determinarlo a día de hoy. Lo que sí es posible determinar es que tras la represión ejercida durante la guerra, no existió un maquis posterior. Guadalajara fue una provincia de paso para las partidas del maquis, no un lugar de asentamiento y combate.
Espero que este artículo sirva para ampliar información sobre la presencia del maquis en Guadalajara y sea un llamado para ampliar la información sobre el mismo.
1Son los únicos maquis de los que se tiene constancia en la provincia de Guadalajara.
2http://eldesvandemislibros.blogspot.com/2014/03/la-matanza-del-martinete.html (Lo extrae de: http://biblioteca2.uclm.es/biblioteca/CECLM/ARTREVISTAS/a%C3%B1il/a%C3%B1il23/a%C3%B1il23_03.pdf)
3Para más información de la represión en Guadalajara, consultar los expedientes judiciales digitalizados por el C.S. Octubre en su página web: www.csoctubre.wordpress.com
4https://henaresaldia.com/se-recupera-la-memoria-de-juan-concha/
5La compañía guerrillera que operó en el frente del Alto Tajo y Molina de Aragón tomó el nombre de su jefe: Compañía Richard.
6El lector encontrará más abajo un episodio de los métodos empleados por estos grupos “contraguerrilleros”.
7De las sesiones de torturas de Eugenio de la Peña y Raimundo Ochaíta, podemos saberlo gracias al testimonio escrito de Lino Muela Román que pudo sobrevivir a las mismas y dejarlo por escrito en un testimonio hecho en junio de 1968: https://www.dclm.es/relato/75/historia-de-un-muerto-resucitado
8https://memoriaguadalajara.es/fusilados-en-el-cementerio-municipal-de-guadalajara-1939-1944-en-aplicacion-de-sentencias-ilegales-promovidas-por-los-tribunales-golpistas/
9https://www.foro-ciudad.com/habitantes-provincia-de-guadalajara.html
10Este documento ha sido extraído por Julián Dueñas del Archivo Militar de Ávila.
11Extraído de http://guerraenlauniversidad.blogspot.com/2014/12/escudos-humanos-en-la-guerra-civil.html
12Historia de un muerto resucitado, de Lino Muela Román. Pag.21.
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