¿Por qué Estados Unidos quiere comprar Groenlandia a Dinamarca?

Groenlandia

En 1946 Estados Unidos ya hizo una oferta a Dinamarca para comprar Groenlandia por consideraciones estratégicas, pero ahora el interés se centra en la explotación de sus riquezas minerales.

Cerca de Narsaq, en el extremo sur de la isla, se ha descubierto el mayor depósito de tierras raras del mundo, que está siendo explotado por una empresa minera australiana, Greenland Mineral and Energy, uno de cuyos principales accionistas es una empresa china, Leshan Shenghe Rare Earth Company.

Pero a través de Dinamarca, Groenlandia tiene un estatuto especial con la Unión Europea, lo que pone a Bruselas en un lugar privilegiado en la carrera por estos minerales preciosos, de los que China es el principal proveedor mundial, con una considerable ventaja sobre otras grandes potencias, incluidos Estados Unidos.

China domina la tecnología de procesamiento de los minerales pero en su territorio apenas tiene el 25 por ciento de los yacimientos. Para mantener su supremacía debe asegurar un suministro constante de estos minerales en todo el mundo.

Lo hace a través de empresas públicas. Una de ellas, Mountain Pass, tiene su sede en California, con una producción de 50.000 toneladas de mineral que tiene que ser enviado a China para su procesamiento y devuelta a Estados Unidos en forma de metal, asegurando así directamente una cuota del 78 por ciento del suministro de estos metales desde China.

Es un recorrido de ida y vuelta, pero la llave la tiene China. Groenlandia posee el 7 por ciento de las reservas mundiales, y si Estados Unidos hubiera podido meter la cuchara en la isla, tendría una baza más que jugar en su pulso contra China.

Es una situación paradójica. Estados Unidos no puede impedir que China monopolice la producción de la única mina de tierras raras en su territorio, mientras que están llevando a cabo una política agresiva en el resto del mundo para cercar a China.

La batalla económica se libra a dos niveles. El primero son las fuentes de materias primas y las técnicas de extracción de metales raros. Estados Unidos está tratando de ponerse al día con su considerable atraso, lo que puede tardar años. También es arriesgado porque China está en condiciones de imponer los precios en el mercado mundial.

En un intento por superar estos obstáculos, Mike Pompeo inició este verano conversaciones con Australia para encontrar una solución que garantizara tanto la tecnología como el suministro de materias primas, una solución que también se extendería al territorio estadounidense.

El segundo nivel es el suministro de mineral, donde la batalla ya está en marcha y es uno de los ejes de la política exterior de Estados Unidos. Sobre el terreno las tierras raras suelen acompañar al uranio, lo que son palabras gruesas. No es una coincidencia que Corea del norte, Afganistán e Irán estén en el punto de mira del imperialismo. Tampoco es una coincidencia que las actuales zonas de guerra también estén vinculadas al problema del suministro de tierras raras, como Cachemira, disputada entre dos potencias atómicas, el Pakistán y la India, el Yemen y la zona de Malí-Níger en África.

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