En octubre de 2021, cuando Bielorrusia fue acusada de favorecer la afluencia de emigrantes en las fronteras de Lituania y Polonia, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se negó a financiar la construcción de vallas y muros, como le pedían los países afectados.
“He sido muy clara sobre el hecho de que existe una posición común de larga data de la Comisión y el Parlamento Europeo, de que no habrá financiación para alambres de púas y muros”, dijo Von der Leyen, tras una cumbre de los Veintisiete en Bruselas.
Más de dos años después, la situación ha cambiado. La Guerra de Ucrania demuestra que los países del este de Europa quieren convertir la región en un polvorín. En enero los tres países bálticos anunciaron su intención de establecer una “línea defensiva” a lo largo de sus fronteras con Rusia y Bielorrusia, claramente inútil desde el punto de vista militar.
La “construcción de instalaciones defensivas antimovilidad es un proyecto cuidadosamente estudiado y considerado, cuya necesidad surge de la actual situación de seguridad”, explicó Hanno Pevkur, ministro de Defensa de Estonia. “La guerra de Rusia en Ucrania ha demostrado que además de equipos, municiones y hombres, también son necesarias instalaciones defensivas físicas en la frontera” para defender “desde el primer metro”.
El sábado Polonia confirmó que haría lo mismo, porque comparte frontera con Rusia (Kaliningrado) y Bielorrusia.
“Hemos tomado la decisión de invertir 10.000 millones de zlotys [2.340 millones de euros] en nuestra seguridad y especialmente en proteger nuestra frontera oriental”, declaró Donald Tusk, el primer ministro polaco. “Este sistema de fortificaciones, un refuerzo de 400 kilómetros de la frontera con Rusia y Bielorrusia, será un elemento de disuasión, una estrategia para hacer retroceder la guerra a nuestras fronteras”, añadió.
Pero no son sólo proyectos; las obras ya han comenzado. Tusk mencionó este proyecto, al que llamó “Escudo Oriental”, durante una visita a las unidades del ejército polaco desplegadas en la región fronteriza de Podlaquia la semana pasada. Se trata de defender “la frontera exterior no sólo de Polonia sino también de la Unión Europea. Toda Europa tendrá que –y sé que lo conseguiremos– invertir en la frontera oriental de Polonia”, dijo, sin mencionar a la OTAN.
El “Escudo Oriental” debería facilitar el cierre del Corredor de Suwalki que, situado entre Polonia y Lituania, es la única vía de acceso terrestre entre Kaliningrado y Rusia.