Otro que ha cambiado de bandera |
Respecto de «Gerardín», como le llamaban sus propios compañeros en la mina asturiana, cabe aplicar el sabio refranero español: «a buenas horas mangas verdes» (refrán que viene de la época de Cervantes cuando existía la Santa Hermandad, una especie de Guardia Civil «avant la lèttre» feudal de la época, que se supone socorría al paisano atracado o asaltado en cualquier recodo del camino; parece ser que siempre llegaban tarde los que llevaban las mangas de color verde, de ahí el dicho y queja popular, como diciendo ¿ahora venís, cuando ya no hacéis falta, cuando ya es tarde?).
Hombre, también se puede decir aquello -ya que estamos de paremias refraneras cual Sancho Panza que tanto irritaban a Nuestro Señor Don Quijote, que existió realmente, quien no existió fue un tal Cervantes- de «más vale tarde que nunca», pero, en este caso, no nos da la real gana de decirlo y, además, no lo sentimos. Estamos flacos, pero no tenemos pulgas (ni pelos en la lengua ni monos en la cara). Estamos limpios, pero no meamos colonia.
Pondremos un ejemplo, con uno basta por lo que tiene de gráfico y significativo, de hasta qué punto la Constitución española monarco-fascista de 1978 se hizo bajo la amenaza y lo que entonces se conocía como «ruido de sables» en un chantaje de «o aprobáis esto que hemos cocinado o no hay tutía, o sea, ateneos ¿a qué?, ah».
Acojonando al personal, lo único que saben hacer. Al menos con las lentejas tenías dos opciones: las tomas o las dejas. Aquí no: si la tomas (la Constitución), mal; y si no, uyuyuyuyyyyyyy, la incertidumbre, el no saber, o sea, el miedo, lo peor: el terror.
Vamos al ejemplo que decimos. El artículo 8 de la Constitución española, en su Título Preliminar, y en su Parte Dogmática, o sea, donde se recogen -en teoría- los derechos y libertades del pueblo, dice textualmente en su punto 1 (de dos que tiene): «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». En roman paladino y como dicen en mi pueblo: «hala, tócate los cojones».
Y ahora la traca. En el artículo 37 de la Ley Orgánica del Estado promulgada en el BOE (Boletín Oficial del Estado) de 10 de enero de 1967, o sea, bajo el franquismo, no sé si tardío o temprano, se establece que, dentro vídeo: «Las Fuerzas Armadas de la Nación, constituidas por los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y las Fuerzas de Orden Público, garantizan la unidad e independencia de la Patria, la integridad de sus territorios, la seguridad nacional y la defensa del orden institucional». Donde en un sitio pone «constitucional», en el otro pone «institucional». Es de ciegos no ver el profundo cambio habido.
Sobran comentarios. Como se decía en folletines y películas de «serie B», cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.