“Nunca hemos supuesto ninguna amenaza para Occidente”, dice Abu Mohamad Al-Julani, el máximo dirigente de Al-Qaeda/Al-Nosra en Siria, en una entrevista al periódico estadounidense Frontline.
El cabecilla de los yihadistas en Siria asegura que su movimiento no representa ninguna amenaza para Estados Unidos o Europa y que debería ser eliminado de la lista de organizaciones terroristas.
En 2012, el gobierno de Obama puso a Al-Nosra al frente de su lista de organizaciones terroristas. La organización había llevado a cabo la mayoría de los mortíferos atentados terroristas en las zonas leales al gobierno de Siria antes de la escisión que comenzó a operar con las siglas de Califato Islámico.
Al-Nosra también figura en la lista de organizaciones terroristas de la ONU, mientras que en la época del gobierno socialista, con Hollande y Fabius, mantuvo el apoyo de Francia, antigua potencia colonial que había dominado Siria hasta la independencia.
En 2013 la Casa Blanca calificó a Julani personalmente como “terrorista” y ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por información que pudiera conducir a su detención.
Desde entonces Al-Qaeda/Al-Nosra opera por encargo del espionaje turco y qatarí.
En la entrevista Al-Julani asegura que “su papel se limita a luchar contra el presidente sirio Bashar Al-Assad y Daech y que también controla una zona en la que millones de sirios desplazados podrían convertirse en refugiados, lo que refleja intereses comunes con Estados Unidos y Occidente”.
“Ante todo, esta región no representa ninguna amenaza para la seguridad de Europa y Estados Unidos”, añade. “No hemos dicho que queramos luchar. Mi relación con Al Qaeda se ha roto. Incluso en el pasado, mi grupo estaba en contra de llevar a cabo operaciones fuera de Siria”, asegura.