Netanyahu destituye el ministro de Defensa del gabinete de guerra

La destitución del ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, evidencia el fracaso de Israel en su guerra contra Gaza y Líbano. Gallant se oponía al “plan de los generales”, elaborado por el general Giora Eiland.

En septiembre pasado varios generales israelíes aprobaron el plan de Eiland y lo propusieron al gobierno. Netanyahu informó entonces a los diputados israelíes que planeaba adoptar el “plan de los generales”. Dos semanas después, comenzó el asedio del norte de Gaza y la invasión terrestre de Jabalia, a pesar de las reservas de Gallant.

El plan reeditaba la “Doctrina Dahyé” para hacer insostenibles las condiciones de vida de los palestinos del norte de Gaza. El objetivo era hacerles pasar hambre para obligarlos a desplazarse hacia el sur. Al vaciar de población el norte de Gaza, los israelíes creían que Hamas quedría aislada de su base social. Aquellos que se quedaran serían considerados militantes de Hamas, convirtiéndose así en objetivos legítimos. Hamas tendría que capitular

Desde hace más de un año, ninguna zona de Gaza se ha librado de los ataques israelíes. Sin embargo, la atención puesta en el norte de Gaza, y en Jabalia en particular, se explica por la táctica militar israelí. El norte de la Franja, en particular la ciudad de Gaza, concentra más de la mitad de la población y Jabalia sigue siendo un bastión histórico de apoyo a Hamas, donde aún logra reconstituirse a pesar de los mortíferos ataques desde octubre del año pasado. Al reforzar su control sobre la zona, Israel persigue el desplazamiento forzoso de los palestinos y la intensificación del control territorial.

Guerra en un rincón y elecciones en el otro

La destitución se hizo pública el mismo día que se celebraban las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Para el gobierno de Biden, la dimisión compromete a un pilar de las relaciones entre ambas partes.

Gallant mantenía conversaciones casi a diario con el cabecilla del Pentágono, Lloyd Austin. El vínculo directo había permitido sostener la confianza bilateral en un momento en que las relaciones entre Netanyahu y Biden no siempre han sido buenas, principalmente debido a desacuerdos estratégicos en las guerras de Gaza y Líbano.

La exención del servicio militar a los ultraortodoxos ha sido también otra fuente de tensiones dentro del gabinete de guerra, en particular entre Netanyahu y Gallant. La cuestión se ha vuelto aún más acuciante desde el inicio de la guerra en octubre del año pasado, ya que 780 soldados israelíes han perdido la vida. Alrededor de 300.000 ciudadanos fueron movilizados como reservistas. En ese contexto, la exención de miles de ultraortodoxos despierta un profundo sentimiento de injusticia en la sociedad israelí, en particular para aquellos que arriesgan sus vidas en el frente.

El colectivo ultraortodoxo israelí sigue oponiéndose en gran medida al servicio militar obligatorio, que percibe como una amenaza a sus valores religiosos. A pesar de los intentos del gobierno de integrar a más jóvenes ultras en el ejército, los resultados han sido decepcionantes. Durante la primera fase del plan de reclutamiento ultraortodoxo el verano pasado, el ejército israelí envió 3.000 órdenes de reclutamiento, pero sólo 230 hombres se presentaron en los centros de reclutamiento.

Ante el fracaso, Gallant aprobó la semana pasada el envío de 7.000 citaciones adicionales, pese a la oposición de Netanyahu, que teme ofender a la base política ultraortodoxa de la que depende su gabinete.

La perspectiva de una movilización más amplia, por otro lado, está encontrando un mayor apoyo entre la población en general, cuyos llamamientos a una distribución más equitativa de la contribución militar nunca han sido tan ruidosos. El año pasado 63.000 jóvenes ultras estaban registrados como elegibles para el servicio, pero décadas de intentos legislativos y judiciales para resolver el problema hasta ahora no habían producido una solución duradera.

Por su parte, el Foro de Familias de los Prisioneros Israelíes dijo que con la destitución de Gallant Netanyahu estaba “tratando de obstruir un acuerdo sobre los prisioneros despidiendo a Gallant”.

Con el nuevo ministro, Israel Katz, miembro del Likud desde 1998 y estrecho colaborador de Netanyahu desde hace mucho tiempo, hay que esperar una mayor cooperación dentro del gabinete de guerra. Parece poco probable que Katz se desvíe de la línea de Netanyahu; más bien, parece dispuesto a aplicar fielmente el orden del día político, electoral, militar e ideológico del Primer Ministro.

La situación en Israel es explosiva. Los rumores hablan de un levantamiento militar contra Netanyahu. Tras el anuncio de la destitución de Gallant, hubo llamamientos entre los colonos para protestar por la medida, mientras la policía cerraba las carreteras alrededor de la casa de Netanyahu en Jerusalén en previsión de manifestaciones.

Hay protestas en la mayoría de las zonas de Israel, incluida Tel Aviv, donde los manifestantes bloquearon la calle Ayalon y estallaron enfrentamientos con la policía. Los manifestantes corearon consignas contra Netanyahu y le llamaron “traidor” a gritos.

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