El 3 de abril de 1973 el obrero Manuel Fernández Márquez murió asesinado en Barcelona durante una manifestación por disparos de la policía. Muchos años después su nieta recordó su muerte:
Hace 35 años, el día 3 de abril de 1973, a las ocho y media de la mañana, una bala de la policía fue a parar al cuerpo de un trabajador y lo mató. Era mi abuelo, Manuel Fernández y vivía aquí en Santa Coloma.
Él trabajaba en la central térmica de Sant Adrià del Besós y los obreros de esta central, más de 2.000, habían hecho una parada en el trabajo para protestar por la subida de precios. Pedían un aumento de salario de 4.000 pesetas al mes (que son unos 24 euros de ahora), 40 horas de trabajo semanal en lugar de las 56 que hacían, cobrar el salario íntegro en caso de enfermedad, y tener derecho a reunirse en la empresa. Es por esto que estaban concentrados y la policía los vigilaba.
Mi abuela me ha explicado que ella no entendió nunca que le pasara eso a mi abuelo porque él no era violento ni se enfrentaba nunca con nadie. Según ella, aquel día debió llegar al puesto de trabajo preguntando a los compañeros como iban las negociaciones y qué habían decidido hacer, y en aquél preciso instante la policía comenzó a disparar y un tiro impactó en el corazón de mi abuelo y lo mató. Tenía 27 años y su mujer, que es mi abuela Carmen, tenía 24 y un hijo de 2 años, mi padre.
Mi abuelo era de Extremadura y solo llevaba tres meses en Santa Coloma. Años después le dedicaron una calle en Sant Adrià del Besós, la calle Manuel Fernández Márquez, una calle normal y corriente que tiene nombre de persona normal y corriente porque está dedicada a la memoria de un trabajador, como muchos otros, que la policía del régimen de Franco mató sin que nadie entendiera por qué.
A su entierro asistieron más de 2.000 personas y a la salida del cementerio de Pomar de Badalona, cuando un obrero de la central térmica de Sant Adrià, compañero suyo de trabajo, intentó leer un poema que él mismo había escrito para despedirlo, la policía lo impidió y cargó contra los asistentes.
El poema se titulaba «Murió por gritar»:
Martes 3 de abril de 1973
Ese día murió Manuel,
Manuel Fernández Márquez,
obrero.
Pero no murió de cansancio,
como morimos muchos.
Pero no de accidente de
trabajo,
como seguimos muriendo.
Pero no de hambre y de miedo,
como quisieran que muriésemos.
Murió por gritar
que no quería morir por nada de eso.
Murió por gritar
Yo soy yo y mis compañeros.
Murió
porque el único argumento de sus opresores
se le incrustó en el cuerpo
ese martes, ese 3 de abril
teñido en sangre
asesinaron a Manuel, MANUEL FERNÁNDEZ MÁRQUEZ
compañero nuestro.
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