Doce de ellos murieron en la región de Foggia cuando el camión que los trasportaba chocó con una camioneta cargada de tomates.
Un primer balance mencionaba 11 víctimas mortales, pero ha ido en aumento. Se trata de un accidente muy parecido al registrado el sábado pasado en la misma zona, en el cual murieron cuatro migrantes que recolectaban tomates.
La situación en Italia de los migrantes que trabajan como jornaleros en el campo también ha sido denunciada, ya que muchos empresarios agrícolas se aprovechan de su condición para explotarlos, pagándoles salarios muy bajos.
Buena parte de los migrantes recorren cientos de kilómetros en camiones y camionetas precarias todos los días para llegar a las plantaciones, donde trabajan durante largas horas a más de 40 grados centígrados de temperatura.
Los llamados «nuevos esclavos» suelen trabajar para las «agromafias», que no respetan las conquistas laborales y esclavizan a los jornaleros.
En una asamblea celebrada el domingo, después del primer accidente, en uno de los barrios marginales de la región, decenas de trabajadores agrícolas africanos decidieron convocar a un día de huelga para mañana.
Según explicó Abubakar Sumahoro, el delegado de un sindicato, “al amanecer los jornaleros marcharemos desde el campo hacia la ciudad de Foggia para reclamar condiciones de trabajo dignas”.
Las primeras huelgas de inmigrantes se realizaron en 2011, en Nardó, al sur, y entonces salió a la luz la terrible explotación, lo que obligó al gobierno a aprobar nuevas leyes que ilegalizaban la explotación de la mano de obra de los sin papeles.