El preso palestino Amr Hatem Odeh, secuestrado por el ejército israelí en Gaza en diciembre de 2023, ha sido declarado muerto en el campo de detención israelí de Sde Teiman, con informes de torturas y malos tratos.
Hace el número 70 de los presos palestinos que mueren en las cárceles israelíes desde el comienzo del genocidio de Gaza. Entre ellos, al menos 44 reclusos de Gaza, la cifra más alta de la historia.
El ejército israelí secuestró a Odeh, de 33 años y padre de tres hijos, y a miembros de su familia en Gaza durante una de las incursiones israelíes.
En los capos de detención israelí los palestinos son severamente torturados. les esposan y encadenan las 24 horas del día, los siete días de la semana, incluso mientras duermen, comen y van al baño. También hay informes de palizas periódicas por parte de los carceleros, hacinamiento extremo, humillaciones y falta de higiene.
Esposado, frágil y abrigado con gruesas ropas de invierno, el periodista gazatí Mohammad Arab compareció ante un tribunal israelí la semana pasada después de 100 días desaparecido. A Arab, que no está acusado de ningún delito, finalmente se le permitió hablar con un abogado.
Un soldado de reserva israelí denunció recientemente abusos impactantes en Sde Teiman, describiéndolo como un “sitio de tortura sádico” donde decenas de detenidos palestinos han muerto en condiciones brutales. El soldado describió a Sde Teiman como un lugar donde “la gente entra viva y sale en bolsas de plástico”.
Según su relato, los detenidos palestinos sufren hambre, heridas de guerra sin tratar y están privados de las necesidades básicas de higiene. “Algunos se orinaron y defecaron encima porque no les permitían usar el baño”, dijo.
‘Bienvenidos al infierno’
En agosto del año pasado, la organización israelí de derechos humanos B’Tselem acusó a las autoridades de ocupación de maltratar sistemáticamente a los palestinos en “campos de tortura”, sometiéndolos a graves violencias y agresiones sexuales.
Su informe, titulado “Bienvenidos al infierno”, se basa en 55 testimonios de antiguos detenidos en la Franja de Gaza, Cisjordania ocupada, Jerusalén Oriental y ciudadanos israelíes.
La gran mayoría de los presos fueron recluidos sin juicio.
307 prisioneros palestinos han muerto en las cárceles de ocupación israelí desde 1967. Las identidades de muchos muertos de Gaza siguen siendo desconocidas, ya que la ocupación israelí continúa encubriéndolos, haciendo de este período “la etapa más sangrienta en la historia del movimiento de prisioneros”.
Según el Centro Palestino de Estudios sobre Prisioneros, más de la mitad de los presos palestinos que han muerto desde octubre de 2023 fueron asesinados principalmente como resultado de torturas y malos tratos. Debido al fuerte aumento de las detenciones, especialmente entre los habitantes de Gaza, Israel ha abierto nuevos centros de detención e interrogatorio, gestionados directamente por el ejército.
Israel ha reconocido oficialmente la muerte de 37 detenidos en el centro de detención de Sde Teiman desde octubre de 2023, aunque esta cifra probablemente representa sólo una fracción del número real de muertos. Muchos prisioneros en Gaza han sido sometidos a desapariciones forzadas y mantenidos incomunicados en condiciones inhumanas, creando un entorno propicio para asesinatos sumarios, sin supervisión ni rendición de cuentas.
Además de las torturas, el Centro registró 29 muertes por negligencia médica. Israel niega sistemáticamente a los prisioneros el acceso a la atención médica básica, los mantiene en condiciones insalubres y plagadas de enfermedades y les niega el tratamiento necesario durante períodos prolongados. En muchos casos, los presos sólo son trasladados al hospital cuando están al borde de la muerte.
Liberados y vueltos a detener
El tribunal de ocupación israelí ha emitido una orden de detención administrativa de seis meses contra Wael Al Jaghub, un antiguo preso político de Nablus que fue liberado en el último acuerdo de intercambio.
Seis palestinos que recientemente habían vuelto a prisión tras ser liberados como parte del acuerdo de intercambio de enero entre la ocupación israelí y la resistencia palestina han sido puestos en detención administrativa, sin cargos ni juicio.
Los reclusos palestinos de la prisión de Gilboa estaban sufriendo un brote de sarna, especialmente en las secciones 1 y 2, sin que se les proporcione la atención médica necesaria.
La dirección de la cárcel proporciona deliberadamente una comida al día, combinando así tres comidas en una. Esto no es suficiente para saciar el hambre de los prisioneros, quienes se ven obligados a comer todo de una vez debido al hambre extrema. La organización agregó que estas comidas se sirven en utensilios de plástico sucios, lo que supone un riesgo para la salud.
Cuatro prisioneros fueron sometidos a ataques violentos que les provocaron graves heridas en la cabeza y hemorragias durante traslados forzados entre secciones. La violencia se produjo en medio de reiterados allanamientos a las celdas con gases lacrimógenos y porras.
Más de 400 niños menores de 18 años están actualmente encarcelados por los israelíes.
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