Ayer la policía checa tuvo que utilizar gases lacrimógenos y cañones de agua para disolver una manifestación multitudinaria en Praga contra las medidas impuestas por el gobierno con el pretexto de la pandemia.
Antes de la concentración la policía detuvo a 50 personas y confiscó material pirotécnico, palos, puños y armas.
Al cabo de una hora de manifestación la policía comenzó a cargar y, tras la intervención policial, se produjeron altercados y disturbios en las calles. Los servicios de emergencia informaron que habían tratado a nueve personas e ingresado a 20 heridos en el hospital.
Las concentraciones multitudinarias en la calle han sido prohibidas por el gobierno por motivos terapéuticos. El máximo es de 500 personas por grupos de 20, con mascarilla y con una distancia mínima de dos metros entre cada uno.
Los manifestantes exigieron la dimisión del ministro de Sanidad Roman Prymula, al que responsabilizan de las draconianas medidas aprobadas.
La manifestación fue convocada por HON (Movimiento de Ciudadanos Descontentos). El ministro de Salud “no admite oposición. ¿Cómo se atreve? ¿Con quién cree que está hablando? No somos ovejas, somos gente normal”, dijo Vlasta Ciencialova, una manifestante que llegó a Praga desde el este del país.
Y, como siempre, los medios de manipulación no dicen nada de esto, es más, informan de que la gente cumple bien las «restricciones», sin siquiera mencionar descontento alguno. Ya lo dijo la princesa Leia al gobernador Tarkin en «La Guerra de las Galaxias» (1977): «Cuanto mayor sea la opresión, más sistemas estelares se le escaparán de las manos» (minuto 57). Y los gobiernos no aprenden de la historia, se empeñan en repetirla una y otra vez.