“Me pronuncio por un acercamiento progresivo de Rusia con el espacio económico europeo para que tengamos una zona económica única entre Lisboa y Vladivostok”, ha declarado.
Al mismo tiempo la canciller alemana ha reafirmado su intención de levantar “inmediatamente” las sanciones contra Rusia, siempre que Moscú cumpla sus compromisos en los acuerdos de Minsk que en setiembre de 2014 condujeron al alto en fuego en la Guerra de Ucrania.
Sin embargo, ha añadido, visto el comportamiento de Rusia en Ucrania, la Unión Europea no puede faltar a sus principios.
Como la mayor parte de los políticos de la Unión Europea, Merkel acusa a Rusia de apoyar a los insurgentes del Donbás y de implicarse en la Guerra de Ucrania, a pesar de que Moscú nunca ha admitido esas acusaciones.
El Ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, ha repetido en numerosas ocasiones que Rusia no es parte de los Acuerdos de Minsk y que su influencia sobre el gobierno autónomo del Donbás es limitado.
Los Acuerdos de Minsk están siendo vulnerados por el gobierno de Kiev que no quiere reformar su constitución para conceder autonomía a la región del Donbás, algo a lo que se comprometió formalmente en 2014.
Tampoco cumple otras obligaciones de los Acuerdos con las que nunca estuvo de acuerdo, por lo que el Presidente de la República Popular de Donetsk, Alexander Zajarchenko, ha tenido que insistir en que los compromisos no constituyen un menú a la carta para elegir sólo los platos que les gusten a los firmantes.
Por su parte, Moscú ha vuelto las acusaciones contra la Unión Europea, afirmando que Berlín y París no presionan al gobierno fascista de Ucrania para que cumpla con las obligaciones que se derivan de los Acuerdos. Tanto Alemania como Francia quieren que sólo una parte asuma sus deberes.