Más de 3.000 ejecuciones extrajudiciales en Siria desde que los yihadistas llegaron al gobierno

En los nueve meses desde que Ahmad Al Sharaa asumió el gobierno en Siria, más de 3.000 personas han sido ejecutadas extrajudicialmente por las facciones armadas afiliadas a Al Qaeda, informó el domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Entre el 8 de diciembre del año pasado y el 6 de septiembre, el Observatorio ha documentado la muerte de 10.672 personas en todo el país en actos de violencia de grupos locales y extranjeros, incluidas 3.020 personas que fueron ejecutadas extrajudicialmente.

La caída de Bashar Al Assad también coincidió con un caos sin precedentes en todas las áreas sirias, señala el Observatorio, lo que ha conducido a la proliferación de matanzas y masacres políticas y sectarias.

La mayoría de las víctimas han sido de las minorías religiosas alauitas y drusas en la costa siria y en Suwayda, que son vistos como apóstatas que merecen ser asesinados por los extremistas que forman parte de las milicias de Al Sharaa.

El total de muertos ascendía a 8.180 civiles, incluidos 438 niños y 620 mujeres.

En marzo, las fuerzas de seguridad sirias y las milicias afiliadas ejecutaron extrajudicialmente a unos 1.600 civiles alauitas en 55 localidades de las regiones costeras del país.

Desde entonces, las autoridades sirias no han llevado ante los tribunales a ninguno de los autores, mientras que los asesinatos sectarios de alauitas han continuado casi a diario, según informes del Archivo de Justicia de Siria.

El 6 de septiembre, un alauita, Mazen Najla, de 37 años, murió cuando hombres armados abrieron fuego contra su tienda en el barrio Al Nuzha de Homs. Ese mismo día, los cuerpos de dos hermanos, Alaa Mansur y Maher Mansur, de la aldea de Al Safsafiyah, en los alredores de Hama, fueron encontrados en el río Orontes.

Los hombres fueron secuestrados de sus casas el 24 de agosto por pistoleros armados afiliados a Hayat Tahrir Al Sham (HTS), la filial de Al-Qaeda.

El 4 de septiembre, pistoleros armados afiliados a HTS abrieron fuego contra miembros de la familia Aloush frente a la escuela Tahir al-Shaar en Hama, matando a tres personas, entre ellas Hassan Aloush, entrenador deportivo del Club Al Shorta.

La familia Aloush es chií y fue deportada de la ciudad de Al Foua, en los alrededores de Idlib.

Mohsen Ibrahim, un joven del pueblo de Boulos, en la zona rural occidental de Hama, fue asesinado después de salir de su casa la noche del 1 de septiembre para ir a una granja avícola donde trabajaba. Alrededor de las 11 de la noche se perdió el contacto con él. A la mañana siguiente, descubrieron su cuerpo en la carretera principal, con su motocicleta y pertenencias personales sustraídas.

Hassan Mahdi Al Hajji (Abu Alí) fue asesinado a tiros a quemarropa por miembros de las fuerzas de seguridad interna del régimen de Damasco. En el momento del tiroteo, estaba cerca de un lavadero de coches donde trabajaba, en la carretera de Tartous-Homs, frente al pueblo de Al Mazraa.

El 30 de agosto, tres jóvenes, Bashar Mayhoub, Saleh Saqour y Ali Shadoud, fueron asesinados por miembros de HTS y de las fuerzas de seguridad interna en la aldea de Beit Alyan (Beit Kammunah) y el barrio de Radar, en la ciudad de Tartus.

Una de las víctimas, Bashar Mayhoub, trabajaba como capitán auxiliar de barco, pasando la mayor parte de su tiempo navegando, y estaba en Siria de visita.

Ese mismo día, una mujer alauita, Amira Nasouri, de 77 años, fue asesinada después de que se lanzara una granada de mano contra su casa en la aldea de Al Aziziya, en la llanura de Al Ghab, en la provincia de Hama.

Su marido, Saleh Ali Al-Issa, de 85 años, resultó gravemente herido en el ataque y fue llevado de urgencia al hospital.

En la tarde del 28 de agosto, Mohammad Mahmoud Ismail, un anciano alauita del barrio de Al Nazha de Homs, fue secuestrado mientras conducía su taxi y desde entonces no se ha sabido nada de él.

Un día antes, el cadáver de Ali Atta Awad fue descubierto en la zona de Al Kiswah, al sur de Damasco, después de haber sido secuestrado el 26 de agosto. Awad, originario de la localidad chií de Al Zahraa, en la provincia de Alepo, recibió varios disparos. Era un padre casado que tenía cinco hijos y había estado viviendo en el distrito de Sayyida Zainab, en Damasco.

—https://thecradle.co/articles/over-3000-extrajudicial-executions-reported-in-syria-since-sharaa-rise-to-power


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