“La salud es lo primero”. Antes de que acabe la pandemia, los trabajadores estarán en las mejores condiciones sanitarias, pero no tendrán para comer. Entre 200.000 y 300.000 trabajadores, como mínimo, irán al paro entre el 1 de noviembre y el 31 de diciembre de este año al decaer el compromiso de empleo de seis meses al que estaban obligadas las empresas que se acogieron a los primeros expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por la pandemia.
A estos 200.000 ó 300.000 trabajadores podrían sumarse otros 150.000 trabajadores por cuenta propia, ya que la previsión es que desaparezcan hasta 300.000 negocios.
Sólo sería el primer tramo de despidos que están por venir, ya que habrá un segundo tramo de despidos hacia febrero o marzo, tras producirse la apertura judicial de los concursos de acreedores y un tercer tramo cuando las empresas que se acogieron a créditos ICO tengan que devolver el principal.
No entran los efectos sobre el empleo de las restricciones que están tomando las autonomías, con reducciones de aforo en la hostelería o incluso el cierre de locales.
Muchas empresas transformarán sus ERTE en expedientes de extinción (ERE) si se alargan las restricciones impuestas con los pretextos sanitarios de rigor.