Los manifestantes descolgaron las banderas kurdas que ondeaban en los edificios oficiales y exigieron la anulación del acuerdo municipal del 17 de agosto autorizando al gobierno regional a organizar el referéndum en la ciudad.
Los manifestantes asistieron apoyados por las milicias Asaib Ahl Al-Haq (Liga de los Virtuosos, miembros de Hachd Al-Shaabi) y los peshmergas no intervinieron para impedir la marcha.
El gobernador de la provincia, Muthana Al-Timimi, tuvo que destituir de sus funciones al alcalde de la localidad, Abdulabbas Hussein Masir, al que acusó de la tensión que vive la ciudad como consecuencia del acuerdo municipal.
referéndum dijo que para Barzani las ciudades de Kirkuk, Tuz Jurmatu,
Tal Afar, Diyala y una parte de la provincial de Mosul son kurdas. “Nadie puede aceptar eso”, añadió.
Mandali es una ciudad irakí de unos 35.000 habitantes, mayoritariamente kurdos. Está en la provincia de Diyala, junto a la frontera iraní, en el extremo sur de los territorios que el gobierno regional de Barzani quiere anexionar a Kurdistán.
El comité kurdo encargado de las elecciones considera que el número de electores es de 225.000 kurdos, aunque en la provincia de Diyala hay otros grupos nacionales, étnicos y religiosos que también pueden votar.
Barzani se ha dirigido personalmente a los kurdos que quieran votar en el referéndum, diciéndoles que pueden hacerlo viajando a Janaqin, una ciudad situada 90 kilómetros hacia el norte, donde hay un fuerte contingente peshmerga.
Lo cierto es que en Kurdistán a nadie le importa quién vote y quién no. La mayoría de los kurdos votará y lo hará afirmativamente, pero los resultados del referéndum se pueden apañar a gusto del consumidor.
Barzani lleva dos años prorrogándose en el cargo a sí mismo de manera ilegal; el Parlamento hace otros dos años que no se reúne nunca. Es posible que -por fin- lo haga ahora precisamente y que sea para aprobar la postergación del referéndum para una fecha posterior a la prevista.