Los yihadistas han sufrido fuertes derrotas militares en Siria e Irak, pero siguen siendo un peligro. Sus dirigentes, como los que se rindieron a los kurdos tras la caída de Baghuz, no están en las cárceles. Algunos de ellos han sido liberados y a otros los han dejado escapar.
Del campo de refugiados de Al Rukban, en la frontera siria con Irak y Jordania, también los han dejado escapar. A algunos incluso los trasladaron las mismas tropas estadounidensesa a lugares desconocidos, como el norte de Afganistán.
En Rusia temen que puedan infiltrarse por las fronteras de los países de la antigua URSS para orquestar algún tipo de “primavera”. En abril el director del FSB (Servicio Federal de Seguridad), Alexander Bortnikov, dio la voz de alarma.
“Una rama del Califato Islámico ha reunido a unos 5.000 terroristas en el norte de Afganistán, en la frontera de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia central”, advirtió Bortnikov, quien añadió que muchos de ellos han luchado en Siria. “El despliegue terrorista en las provincias septentrionales de Rusia es particularmente preocupante”, dijo el director del FSB a los jefes de inteligencia de las antiguas repúblicas soviéticas en Dushanbé, la capital de Tayikistán.
Bortnikov advirtió que “Wilayat Jorasan”, una sucursal del Califato islámico, ha logrado reunir a 5.000 combatientes en la región. Las células terroristas se están infiltrando en los países de la antigua Unión Soviética, donde están creando vínculos con la delincuencia organizada. Para permanecer discretos, tratan de disfrazarse de refugiados y emigrantes.
La frontera meridional de Rusia se está convirtiendo en un polvorín, a medida que aumentan las tensiones en el Golfo Pérsico, Irak y Siria, que se puede extender a países vecinos de Asia central, como Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y Kirguistán
La presencia del Califato Islámico en una antigua República Soviética se hizo realidad el pasado mesde mayo en Tayikistán, cuando se produjo un motín en la cárcel de Vakhdat, que está en un barrio de Dushanbé, la capital de Tayikistán. Unos 30 presos del Califato Islámico intentaron escapar de la cárcel y tomaron rehenes, antes de matar a tres guardias.
Dos días después un avión Il-96-400VPU del FSB aterrizó en Dushanbé para aplastar la revuelta carcelaria. Según representantes del Ministerio de Justicia de la República, entre los instigadores se encontraba el hijo del “Ministro de la Guerra” del Califato Islámico, Bekhruz Gulmurod. El Ministerio declaró que durante las negociaciones se produjo un tiroteo. Tres guardias y 29 presos murieron.
Dirigentes del sistema penitenciario tayiko visitaron las prisiones rusas para estudiar las condiciones de detención de los acusadas de terrorismo.
Ha sido el segundo motín en las colonias penitenciarias de Tayikistán en los últimos seis meses. En noviembre del pasado año también se produjo una revuelta en la colonia penitenciaria de Khudzhand, al norte de Tayikistán. Según cifras oficiales, 21 prisioneros y dos guardias fueron asesinados. Otros cinco trabajadores de la colonia resultaron heridos.
El incidente de Khudzhand dio lugar a un cambio en la Dirección General de Prisiones de Tayikistán. La semana pasada, 8 trabajadores de la colonia Khudzhand fueron condenados por negligencia. Cerca de 30 presos del centro penitenciario de Khudzhand están acusados de organizar el motín.