El domingo el ministro iraní de Inteligencia, Esmail Jatib, afirmó que Irán obtuvo una gran cantidad de documentos sobre las instalaciones nucleares del régimen israelí. En declaraciones a la cadena pública de radiodifusión (Irib), Jatib afirmó que la operación, “exhaustiva y compleja”, se llevó a cabo en los territorios ocupados para transferir “información estratégica, operativa y científica” a Irán.
“Los documentos que obtuvimos se refieren a información sobre las instalaciones nucleares del régimen sionista”, declaró Jatib. Los documentos se obtuvieron a través de informantes sobre el terreno, se transfirieron a Irán con el máximo secreto y no todos se divulgarán próximamente.
Si se confirma la brecha de seguridad, resultaría uno de los golpes más graves contra Israel. Si bien la operación para obtener los documentos se llevó a cabo hace tiempo, las fuentes explicaron que el volumen y la necesidad de transportarlos de forma segura a Irán exigieron un silencio informativo para garantizar su llegada segura a lugares seguros.
Irán ha obtenido miles de documentos, imágenes y vídeos relacionados con proyectos e instalaciones nucleares israelíes, incluido el Centro de Investigación Nuclear del Néguev (Dimona) y otros sitios estratégicos. La gran cantidad de documentos, así como las imágenes y vídeos que los acompañaban, requirió un tiempo considerable para su revisión.
‘¿Por qué tantos israelíes espían para Irán?’
No es la primera vez que se filtran documentos secretos sobre el programa nuclear israelí, como ya expusimos hace nueve años en una entrada. En 2016 desaparecieron del archivo nacional de Londres. Entre la documentación hay un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores titulado “Colaboración militar y nuclear con Israel: el armamento nuclear israelí”, que contenía informes del espionaje británico sobre los propósitos israelíes de comprar armamento atómico.
Ayer el director de la Organización Internacional para la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, aseguró que los documentos confidenciales no fueron obtenidos de Israel, sino de el organismo que dirige, lo cual es “un mal paso que va en contra del espíritu de cooperación” (1).
Sin embargo, Israel no firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y no pertenece a la OIEA, precisamente porque quiere mantener en secreto sus armas nucleares. Como es habitual, la OIEA desvía la atención para salvar la cara a Israel.
Según Irán, la operación se llevó a cabo en los territorios palestinos ocupados, contando con la colaboración de varios colonos israelíes. Israel ha anunciado la detención de dos sospechosos de cometer delitos contra la seguridad en nombre de Irán. La detención de los colonos israelíes acusados de prestar servicios a Irán se produjo únicamente después de que los documentos hubieran sido transportados de forma segura fuera de los territorios palestinos ocupados.
Según un comunicado conjunto emitido el 20 de mayo por la policía israelí y el Shin Bet, Roy Mizrahi y Almog Atias, dos hombres de 25 años de Nesher, fueron detenidos a finales de abril por realizar misiones de inteligencia para Irán.
Aún no está claro qué acciones específicas llevaron a cabo ni si estuvieron directamente involucrados en la reciente operación de transferencia de documentos, ya que Israel se niega a revelar detalles, incluyendo sus objetivos y métodos, alegando razones de seguridad. En febrero un artículo del The Economist, titulado “¿Por qué tantos judíos israelíes espían para Irán?”, arroja luz sobre la participación de colonos israelíes en el espionaje en favor de Irán (2).
El reportaje destacaba el aumento sin precedentes en el número de colonos israelíes que espían para Teherán. Citando al Shin Bet, The Economist afirma que el año pasado 39 israelíes fueron detenidos por sospechas de espiar para Irán, que es solo la punta de un iceberg compuesto por cientos de israelíes reclutados desde finales de 2022, según un miembro de la seguridad interna israelí.
Fueron reclutados a través de redes sociales o mientras viajaban, y provienen de diversos orígenes: judíos y árabes, religiosos y laicos, jóvenes y mayores, hombres y mujeres.
El reportaje destaca que Israel se ha enorgullecido durante mucho tiempo de su sólida capacidad de contrainteligencia y su cohesión, lo que históricamente ha limitado el éxito de los estados árabes en el reclutamiento de colonos israelíes durante la guerra. Sin embargo, la situación parece estar cambiando. Muchos interpretan este repunte de las operaciones contra Israel como un síntoma de una implosión acelerada dentro de los colonos israelíes, una fragmentación de la identidad colonial y una creciente desconfianza hacia la ocupación, en el contexto de la guerra en curso en Gaza.
“Debemos disuadir a otros de colaborar con nuestros peores enemigos antes de que esto se convierta en una pandemia nacional”, dice al periódico un antiguo funcionario del Shin Bet.
El programa de armas nucleares de Israel
Aunque su contenido permanece inédito y rodeado de secretos, la OIEA asegura que la información capturada por los iraníes “parece referirse” al Centro de Investigación Nuclear Soreq, una instalación que ha sido inspeccionada por dicho organismo internacional.
Jatib dijo otra cosa: que la información capturada se refiere a las “instalaciones nucleares israelíes”, entre las que sin duda se encuentra la central nuclear de Dimona, oficialmente conocida como Central Nuclear del Néguev, ubicada en el desierto del Néguev, cerca de la ciudad de Dimona.
Es el núcleo del programa de armas nucleares de Israel, aunque la OIEA no tiene acceso a la instalación, ya que Israel no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y nunca ha reconocido oficialmente el propósito de Dimona.
Irán y otros países de la región, todos signatarios del TNP, llevan años instando a la ONU para que obligue a Israel a adherirse al Tratado.
Dimona alberga un reactor nuclear que produce plutonio, suministrado por Francia a finales de la década de los cincuenta, y está involucrada en la producción de materiales nucleares aptos para fabricar bombas nucleares. Una filtración en 1986 de Mordechai Vanunu, antiguo técnico de la instalación, proporcionó pruebas abundantes y contundentes del programa secreto de armas nucleares de Israel, incluyendo fotografías de componentes de bombas.
Los documentos obtenidos por Irán podrían proporcionar información más detallada sobre esta instalación secreta, posibles mejoras subterráneas, características estructurales y especificaciones de los dispositivos, y miles de otros detalles técnicos útiles.
La información, tanto si se refiere únicamente a las instalaciones de Dimona o a otras instalaciones aún no reveladas, podría ser útil para Irán, para los gobiernos regionales, así como para los organismos internacionales.
Jatib enfatizó que estos documentos fortalecerán la capacidad ofensiva de Irán, lo que significa que también contienen datos útiles para el ejército iraní, en particular sobre posibles objetivos para misiles y drones iraníes en caso de guerra.
También podrían revelar detalles sobre la capacidad ofensiva de Israel y posiblemente arrojar luz sobre el llamado incidente de Vela en el Océano Índico en 1979, que muchos sospechan que fue una prueba nuclear israelí no declarada. Los hallazgos de estos documentos podrían invalidar la política israelí de opacidad nuclear, que ni confirma ni niega sus fuerzas nucleares, que es la política oficial de Israel desde la década de los sesenta.
Israel inició su programa nuclear en la clandestinidad gracias a Francia y Estados Unidos
En 1952 Israel inició en secreto su programa nuclear, con la tecnología de Francia y Estados Unidos, los dos países que más han criticado las actividades nucleares de Irán. Las primeras armas nucleares las logró fabricar alrededor de 1967-1968. A partir de entonces, la producción se aceleró, en medio de un secreto absoluto y sin ninguna supervisión internacional.
El primer denunciante en revelar el arsenal secreto del régimen fue Mordechai Vanunu en 1986. Dos años después, fue declarado culpable de traición y condenado a 18 años de prisión, una dura advertencia para cualquiera que se atreviera a revelar el programa nuclear de Israel. En diciembre de 2013 el antiguo diputado Avraham Burg también rompió su silencio, admitiendo abiertamente que Israel poseía armas nucleares y químicas.
Calificó la opacidad nuclear de Israel como anticuada e infantil, una postura audaz que le valió duras críticas y problemas legales.
Francia y Estados Unidos fueron los artífices del programa nuclear israelí. Las reservas de material fisible apto para las armas nucleares se originaron en Francia en la década de los sesenta y, a finales de esa misma década, en Estados Unidos.
Estados Unidos ha protegido a Israel de la obligación de rendir cuentas. En 1968 el director de la CIA, Richard Helms, informó al presidente Johnson que Israel había desarrollado con éxito armas nucleares.
Al año siguiente, durante una reunión entre el presidente Richard Nixon y la primera ministra israelí, Golda Meir, acordaron que Israel estaría exento de firmar el TNP, que se había abierto a la firma unos meses antes.
A fecha de hoy Israel sigue sin firmar el TNP, rechazando reiteradamente los llamamientos para reincorporarse al régimen internacional de control de armas y negándose a las inspecciones de la OIEA.
En los últimos meses, Israel ha intensificado significativamente su retórica, amenazando con atacar las instalaciones nucleares iraníes, instalaciones que sí están sujetas a la supervisión de la OIEA.
Ahora, con la adquisición por parte de Irán de documentos secretos relacionados con el programa clandestino de armas nucleares de Israel, el régimen sionista se encuentra expuesto: los secretos que ha guardado durante mucho tiempo se han filtrado y su futuro es incierto.
(1) https://www.europapress.es/internacional/noticia-oiea-dice-obtencion-documentos-confidenciales-parte-iran-va-contra-espiritu-cooperacion-20250609164229.html
(2) https://www.economist.com/1843/2025/02/14/why-are-so-many-israeli-jews-spying-for-iran
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