Los fondos buitre de Arabia saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar han empezado a comprar acciones de las multinacionales farmacéuticas por la carrera para comercializar vacunas contra el coronavirus.
El último en sumarse a esta estrategia ha sido, Mubadala Investment Company (MIC), fondo soberano de Abu Dabi y principal accionista de la española Cepsa.
MIC ha irrumpido esta semana en el capital de PCI Pharma Services. La estadounidense proporciona desde las primeras etapas de desarrollo de un medicamento hasta su lanzamiento comercial y su distribución.
La apuesta también ha tenido su réplica en Arabia saudí, donde el Fondo de Inversión Pública, con 320.000 millones de dólares en activos, ha realizado adquisiciones en Pfizer y BioTech por valor de 8.600 millones de euros.
La fusión de estas dos gigantes farmacéuticas espera la autorización de su vacuna contra el coronavirus el próximo octubre. Confía en suministrar unas 100 millones de dosis en todo el mundo hasta finales de este año.
Qatar, rival político de saudíes y emiratíes, también ha salido en busca de oportunidades en plena crisis sanitaria global. El pasado julio la Autoridad de Inversión de Qatar, con 328.000 millones de dólares en activos, rubricó un acuerdo para adquirir una participación en la biotecnológica alemana CureVac.
La empresa, respaldada por Bill Gates, prepara su inminente salida a Bolsa. Además, realiza pruebas para el desarrollo de vacunas contra enfermedades infecciosas a partir del ARN (ácido ribonucleico).
Los fondos especulativos regados de petrodólares, buscan ahora más carroña. El objetivo, diversificar su vinculación directa con el crudo.
El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Emiratos, rubricado hace unas semanas, abre nuevas oportunidades en el sector médico. También existe interés por empresas chinas, europeas y coreanas.
https://www.elmundo.es/economia/2020/08/30/5f47f710fc6c838f7c8b4587.html
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