Los primeros drones sanitarios ya vuelan sobre las playas de Roma

Los cielos de la costa de Ostia, en la capital italiana, vieron volar los primeros drones médicos que, por el momento, han fracasado gracias al mal tiempo.

Los drones tenían como misión controlar la temperatura de las personas que tomaban el sol en las playas de Ostia, pero unas horas después el experimento se pospuso debido a las malas condiciones meteorológicas previstas para el fin de semana.

Una empresa hospitalaria había organizado el vuelo de reconocimiento. El dron debía subir a una altura de al menos 25 metros sobre el nivel del mar y a una distancia de al menos 30 metros de los bañistas.

La temperatura debía ser controlada automáticamente por el dron en la playa a través de una cámara térmica de circuito cerrado. Cuando el dron detecta una alteración de la temperatura corporal, supone que el bañista es un riesgo para la salud.

Entonces el dron alerta al personal sanitario de la playa solicitando la intervención inmediata para conocer el estado de salud del que ha disparado la alarma, pidiéndole que se someta a una prueba de coronavirus lo antes posible.

Además de controlar la temperatura corporal, el dron también puede convertirse en un socorrista si es necesario, vigilando a las personas en el agua, o comprobar que se cumplen las normas de seguridad y que los bañistas guardan la distancia, incluso en la arena y en el agua.

El dron está supervisado por dos personas, el técnico que pilota el aparato y un médico que, en caso necesario, puede comunicarse con el personal sanitario y con el teléfono de emergencias.

“Se trata de una forma innovadora e integrada de asistencia sanitaria que permite que un solo sanitario, a distancia, detecte la enfermedad y dirija al socorrista allí donde haya un problema crítico, para prestar una primera asistencia rápida e inmediata y, al mismo tiempo, una primera forma de rastreo”, ha explicado Giulio Maria Ricciuto, responsable de primeros auxilios de Grassi.

El derecho a la intimidad de las personas se va por el sumidero. Alguien vigila tus movimientos, incluso en una playa, y no hay ningún aviso público de que vayan a controlar la temperatura corporal de los que llegan a la playa con su toalla, su bañador y sus cremas solares.

El año pasado los drones de la policía sobrevolaron ciudades, como Roma y Milán, para vigilar y controlar las movilizaciones y concentraciones contra el confinamiento, que fueron prohibidas por el gobierno.

—https://www.ilgiornale.it/news/roma/ostia-volo-dei-droni-misurare-temperatura-ai-bagnanti-1972772.html

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