La noticia no es nueva; lo novedoso es la manera de obtener la confesión de un ministro de Sanidad, porque una cosa es el alpiste que los políticos lanzan ante los medios y otra, muy distinta, es lo que hablan en privado cuando creen que nadie les oye. Lo primero es un fraude bien conocido; lo otro es la política real.
Sin saber que estaba ante un micrófono en directo y que estaba siendo retransmitido por un canal de televisión, el ministro de Sanidad israelí, Nitzan Horowitz, que aparece en la foto de portada, admitió que los pasaportes de vacunación tenían como principal objetivo coaccionar a las personas para que se vacunen.
“La imposición de las normas de pasaporte verde en determinados lugares es necesaria para presionar al público a que se vacune, no por razones médicas”, reconoció Horowitz el domingo.
Sin saber que sus comentarios estaban siendo retransmitidos en directo por el Canal 12, el ministro dijo a su colega de Interior, Ayelet Shaked, que no sólo debía suprimirse el pasaporte de vacunas para comer en restaurantes al aire libre, sino también “para las piscinas”.
“Desde un punto de vista epidemiológico, eso es cierto”, admitió Horowitz. “Nuestro problema es la gente que no se vacuna. Tenemos que [presionarlos] un poco, o no vamos a salir de esta” situación.
El ministro siguió reconociendo que el sistema ni siquiera se estaba aplicando en la mayoría de los lugares. “Hay una especie de universalidad en el sistema de pasaporte verde, fuera de los centros comerciales, donde creo que debería imponerse, [porque] ahora está claro que no se aplica en ningún sitio”, reconoció.
Al principio Israel fue elogiado por la rapidez con la que empezó su programa de vacunación y luego con la imposicion de los pasaportes de vacunación, que se ha presentaron ante los medios como “un primer paso para salir del confinamiento”. Sin embargo, el gobierno de Tel Aviv ha ido de mal en peor y ha notificado recientemente su mayor número de “casos” diarios de coronavirus.
Aunque la amenaza de prohibir la entrada a muchos lugares públicos a las personas no vacunadas convenció a muchos jóvenes para que se vacunaran, el pasaporte de vacunas, una vez puesto en marcha, apenas se aplicó y se suprimió a finales de mayo. Cuando los “casos” empezaron a aumentar de nuevo a finales de este verano, se reintrodujo y amplió el sistema de pasaportes sanitarios.
Mientras tanto, Suecia, que nunca ha impuesto un confinamiento estricto, ha prohibido recientemente la entrada al país a los viajeros procedentes de Israel. El mundo al revés demuestra que las concepciones que exponen los “expertos” serían el mayor fracaso científico de todos los tiempos, de no ser porque su ciencia nunca ha aparecido por ninguna parte a lo largo de un año y medio de pandemia.
NEW – Israeli Ministry of Health (right) recorded saying to the Minister of Interior (left) "there is no medical or epidemiological justification for the Covid passport, it is only intended to pressure the unvaccinated to vaccinate".pic.twitter.com/c3oAOpZdEE
— Disclose.tv (@disclosetv) September 13, 2021