Los países Brics muestran sus heridas internas

En una reciente rueda de prensa en Nueva York, a Lavrov le preguntaron por la ampliación de los Brics y respondió que “en esta etapa, todos los países miembros consideran que es prudente no tomar nuevas decisiones por el momento y adaptar la agrupación para formar una asociación de miembros que compartan los mismos valores”.

En la próxima cumbre de los Brics en Kazán, Rusia, del 22 al 24 de octubre, no deliberarán sobre la adhesión de nuevos miembros. La atención se centrará en el desarrollo de los criterios de incorporación para el futuro.

Más de 20 países ya han expresado su deseo de convertirse en miembros de pleno derecho y una decena más desean mantener relaciones de asociación permanentes. Entre los nuevos países interesados ​​en ser miembros parecen estar países como Indonesia, Malasia y especialmente Turquía, cuyo Presidente del Parlamento, Numan Kurtulmus, visitó Moscú el 26 de septiembre y se reunió con Putin, que ya en el mes de junio acogió con satisfacción la intención de Ankara de unirse al grupo.

Pero hasta 2027 hay una pausa en la ampliación, según Lavrov. Los rusos parecen no haber apreciado el lío que ya reinó durante el verano del año pasado y durante los preparativos de la próxima cumbre en Kazán en octubre.

Lo que Lavrov ha reconocido, en defintiva, es que hay conflictos internos que se refieren, entre otras cosas, al papel de Arabia saudí y Emiratos, que debían llenar las arcas del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), una herramienta financiera estratégica de los Brics, supuestamente la punta de lanza de la batalla de desdolarización.

Sin embargo, ambos países se han mostrado muy reservados hasta ahora. Los saudíes aún no se han integrado en el NBD, mientras que Emiratos, aunque son accionistas desde 2021, siguen siendo muy tacaños, ya que su compromiso gira en torno al 1,1 por cien, que equivalen a 556 millones de dólares, mientras que Bangladesh ha puesto 942 millones, casi el 2 por cien del nuevo banco.

Renunciar a los Brics para diversificar la política exterior

El lunes un editorial del periódico El Mudjahid, el decano de los medios de comunicación argelinos, abrió una espita que, como ya comentamos, recorre el norte de África desde entonces.

El presidente del Consejo de la Nación [Senado argelino], Salah Goudjil, explicó la negativa de Argelia a mantener su candidatura a los Brics explicando que “las relaciones estratégicas bilaterales son más importantes para nosotros”.

Ahora Argelia tiene que mantener el rumbo de diversificación de sus asociaciones, sin dejarse encerrar en una camisa de fuerza que le haría perder su soberanía en la toma de decisiones. El gobierno de Argel rechaza cualquier injerencia sobre sus posiciones, venga de donde provenga.

Argelia no quiere encerrarse en posiciones fijas, prefiriendo adaptar su estrategia en función de la evolución de la situación, para no verse sujeta a compromisos vinculantes que reducirían su margen de maniobra.

El ejemplo que ponen los medios argelinos es trivial: su representante en la ONU tuvo que responder a su homólogo ruso sobre el caso de la boxeadora Iman Jelif, que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París en medio de la polémica sobre sus hormonas.

Argelia saborea su venganza

En Argelia consideran que los Brics son un contrapeso al G7. “Esperábamos que constituyera un nuevo polo económico poderoso llamado a romper la dominación de Occidente”, dice un columnista.

Argelia vio en la nueva organización la oportunidad de restablecer el equilibrio internacional y fortalecer el eje sur frente a un norte hegemónico.

Los norteafricanos insisten en que no hay novedades. La posición de su país es conocida y no ha cambiado desde octubre del año pasado, cuando el propio Presidente de la República declaró a la prensa local que el gobierno renunciaba a incorporarse a los Brics.

Pero a la luz de las declaraciones de Lavrov sobre la suspensión de nuevas admisiones, la posición argelina se lee con otros ojos. Argelia saborea su venganza, al tiempo que recuerda a los Brics su “inconsistencia, tanto en el fondo como en la forma”.

Los Brics están mal, dicen los medios argelinos, debido al amiguismo y los intereses estrechos que han aplicado sus miembros fundadores y, particularmente, India. El sistema de Breton Woods que domina Estados Unidos es “por el momento” mucho más eficaz que el BND, llega a decir un comentarista.

La venganza argelina incluye, como era de esperar, la congelación del dinero presupuestado para el BND al cual, sin embargo, el país norteafricano no renuncia.

No es el final, sino sólo un aplazamiento

Los medios argelinos, fieles portavoces de su gobierno, dicen que su postura sobre los Brics no es el final, sino sólo un aplazamiento. Una relación amistosa, estratégica e histórica con Rusia no les impide expresar en voz alta su rechazo a lo que consideran como una actitud inaceptable dentro de los Brics. El “malentendido” no ha alterado la calidad de las relaciones entre Argel y Moscú. Por el contrario, Rusia “puede contar con un aliado digno de confianza” en el norte de África.

Que el gobierno argelino critique el funcionamiento de los Brics no le impide seguir manteniendo buenas relaciones bilaterales con los países miembros y trabajar para reforzar cualquier acción contra occidente.

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