Tanto los medios científicos como los generalistas se están pasando al bando de los críticos hacia las vacunas, con una conclusión cada vez admitida: el aumento de la mortalidad, que desde 2020 apenas ha remitido con el transcurso del tiempo, es consecuencia de las inyecciones.
Un estudio holandés publicado en el BMJ Public Health con datos de 47 países del mundo occidental muestra que los índices de mortalidad se han mantenido altos durante los últimos tres años consecutivos. Los autores piden una investigación exhaustiva porque “esto no tiene precedentes y plantea serias preocupaciones” (1).
El equipo analizó la mortalidad por todas las causas en la base de datos Our World in Data, reconocida como la principal fuente de datos científicos sobre mortalidad en los países desarrollados. También recurrieron a la Base de Datos de Mortalidad Humana (World Mortality Dataset) para rastrear el exceso de mortalidad durante la pandemia.
Además de presentar cifras del exceso de mortalidad, los autores citan investigaciones que muestran los efectos negativos para la salud de los programas de vacunación y las restriccinoes sanitarias y piden que “se estudien a fondo las causas subyacentes del persistente exceso de mortalidad”.
La semana pasada el diario británico Telegraph se refería al estudio en primera plana bajo el titular: “Las vacunas contra el ‘covid’ pueden haber ayudado a impulsar el aumento del exceso de mortalidad” (2).
La doctora Meryl Nass reproduce del artículo y señala que “el dique se ha roto” (3).
A principios de este año, investigadores noruegos publicaron un estudio revisado por pares en BMC Public Health (4) que muestra un aumento de los índices de mortalidad atribuidas a causas distintas al “covid” en Noruega en 2021 y 2022.
Trial Site News comentó el estudio la semana pasada (5) porque mostraba una “concordancia temporal” entre el aumento del exceso de mortalidad no relacionado con el “covid” en Noruega y el aumento de la vacunación.
El doctor Pierre Kory, que ha escrito numerosos artículos sobre el exceso de mortalidad, dice que hay “muchos mecanismos por los cuales la proteína utilizada en las inyecciones [que] causa daño endotelial e hipercoagulabilidad [coagulación sanguínea excesiva] que conduce a ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, aneurismas aórticos” (6).
“Otros mecanismos aumentan el riesgo de cáncer”, añade, “en particular los hallazgos ubicuos de contaminación del ADN del vial con secuencias que promueven el cáncer, como SV40”.
Cada muerte causada por las vacunas debe ser reconocida
El estudio del equipo holandés sobre el exceso de mortalidad en 47 países mostró que el exceso de mortalidad en 2020 se documentó en 41 de 47 países. Durante los dos años siguientes, este número aumentó a 42 y 43 países en 2021 y 2022, respectivamente. En total, se registraron 3.098.456 muertes adicionales entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2022, incluido poco más de un millón en 2020.
“En 2021, el año en el que se utilizaron las restricciones sanitarias y vacunas contra el ‘covid’ para combatir la propagación del virus y la infección, se registró el mayor número de excesos de muertes: 1.256.942 excesos de muertes”.
En 2022, “cuando se levantaron la mayoría de los confinamientos y continuaron las vacunas”, hubo un exceso de 808.392 muertes.
Los autores señalan que durante la pandemia, los políticos y los medios de comunicación insistieron “diariamente en que cada muerte por ‘covid’ era importante y que cada vida merecía ser protegida por medidas de contención y vacunas”.
“Después de la pandemia, debería prevalecer la misma mentalidad”, dicen. “Toda muerte debe ser reconocida y tomada en cuenta, cualquiera que sea su origen”.
Los autores del estudio holandés pidieron transparencia gubernamental con respecto a los datos sobre las causas de muerte, para que los investigadores puedan realizar “análisis directos y sólidos para determinar los factores subyacentes”. Eso también significa que se deben realizar autopsias para determinar el motivo exacto de la muerte, agregaron.
Los investigadores holandeses señalan que es posible que los datos que analizaron no hayan registrado todas las muertes reales porque “los países pueden no tener la infraestructura y la capacidad para documentar y contar todas las muertes”. Los errores o retrasos en el mantenimiento de registros también pueden provocar muertes no registradas.
Los fallecimientos de origen cardiovascular son la causa del aumento de la mortalidad en Noruega
Los resultados de los holandeses fueron corroborados por un estudio noruego anterior sobre el exceso de mortalidad no relacionado con el “covid” en Noruega entre 2020 y 2022.
Investigadores del Instituto Noruego de Salud Pública analizaron los registros de defunción en los que no se mencionaba la infección por “covid” como causa de muerte para descubrir las causas del exceso de mortalidad. Utilizaron datos del Registro Noruego de Causas de Muerte.
Los autores observaron un exceso de mortalidad “significativo” en 2021 y 2022, por todas las causas (3,7 por cien y 14,5 por cien), por enfermedades cardiovasculares (14,3 por cien y 22,0 por cien) y por tumores malignos en 2022 (3,5 por cien).
El aumento del exceso de mortalidad no relacionado con “covid” se produjo cuando la mayoría de los noruegos recibieron la vacuna, pero no declararon un vínculo causal entre las vacunas y el exceso de mortalidad. “Los datos que tenemos no nos permiten comparar el exceso de mortalidad entre personas vacunadas y no vacunadas”, dijeron.
Los análisis preliminares del registro de Noruega no muestran signos de aumento de la mortalidad entre las personas mayores vacunadas. TrialSite News especuló que los autores del estudio evitaron sugerir que el aumento del exceso de mortalidad cardiovascular podría estar relacionado con el programa de vacunación masiva de Noruega porque podrían tener dificultades para publicar su trabajo.
Los autores noruegos dijeron que los confinamientos también pueden haber contribuido al aumento de la mortalidad. “Ha habido preocupación de que los confinamientos hayan llevado a un menor uso de la atención médica, provocando que enfermedades que de otro modo se habrían descubierto no se diagnosticaran, lo que puede conducir a una mayor mortalidad”, escriben.
Es necesario realizar más estudios para evaluar esa posibilidad. “Los investigadores también deberían determinar si las restricciones sanitarias impuestas han provocado un deterioro de factores del estilo de vida, como una menor actividad física, una dieta menos saludable e incluso problemas de salud social y mental que influyen en la mortalidad”, añaden.
(1) https://bmjpublichealth.bmj.com/content/2/1/e000282
(2) https://www.telegraph.co.uk/news/2024/06/04/covid-vaccines-may-have-helped-fuel-rise-in-excess-deaths/
(3) https://merylnass.substack.com/p/the-dam-has-broken-uks-telegraph
(4) https://link.springer.com/article/10.1186/s12889-023-17515-5
(5) https://www.trialsitenews.com/a/surge-of-cardiovascular-deaths-in-norway-drives-overall-excess-mortality-2021-2022temporal-concordance-with-mass-mrna-covid-19-vaccination-9f1540c7
(6) https://www.heart.org/en/health-topics/venous-thromboembolism/what-is-excessive-blood-clotting-hypercoagulation