Los imperialistas tratarán de eliminar a Erdogan en la primera oportunidad que se les presente

Seguimos con el análisis que el Partido Comunista de Turquía está llevando a cabo sobre el golpe de Estado del 15 de julio, esta vez referente a la entrega del número 8 de su Boletín Internacional, que nos sigue sorprendiendo muy favorablemente.

El PCT renuncia a seguir el camino de los manoseados “sueños dictatoriales del AKP” para centrarse en la situación en que queda la burguesía turca “respecto a las potencias imperialistas” a fin de averiguar si es posible que salga de la crisis en que se encuentra sumida.

La respuesta del PCT es negativa. Una vez fracasado el golpe, a los centros imperialistas no les ha quedado otro remedio que pronunciarse a favor del caballo ganador, afirma el PCT, por lo que sus verdaderas intenciones hay que deducirlas de los medios de comunicación a su servicio.

El referido Partido considera que Estados Unidos y la OTAN no van a dejar libre a Erdogan y, en caso de que no haya acuerdo, “van a tratar de eliminarle en la primera oportunidad que se les presente”. El AKP trabaja sobre la base de esa eventualidad.

El partido islamista teme que se produzcan asesinatos, un nuevo golpe y que el país caiga en una inestabilidad que conduciría, incluso, a justificar una intervención extranjera. El fundamento está en las insinuaciones de que el armamento nuclear de Incirlik corre peligro. La prensa del AKP también cree que se puede provocar un conflicto entre suníes y alevitas o que se puede intensificar la lucha contra el movimiento independentista kurdo.

Finalmente, se rumorea el riesgo de una crisis económica en Turquía. Las instituciones internacionales de notación, instrumentos financieros del imperialismo, han tomado decisiones contrarias a los intereses de Turquía. No obstante, como la economía turca está íntimamente vinculada en el imperialismo, no es probable que la empujen hacia el abismo. A pesar de ello tampoco se debe descuidar la posibilidad de que desencadenen una crisis económica que el gobierno de Ankara no sea capaz de controlar.

Por su parte, Erdogan trata de ampliar el consenso de la burguesía en torno a una línea común, pero no va a ser fácil en un contexto internacional de agravamiento de la crisis del imperialismo, concluye el PCT.

Después el PCT analiza la posibilidad de que Turquía vire hacia un acuerdo con Rusia e Irán. Reconoce que en la burguesía turca hay una tendencia en ese sentido, que se ha mostrado dispuesta incluso a firmar “acuerdos estratégicos a largo plazo”. Teniendo en cuenta la naturaleza de clase de Rusia, el PCT incurre en la obviedad de reafirmar que un viraje así no supone un cambio en los aspectos ideológicos, como en la época soviética. A los monopolios turcos sólo les mueven sus propios intereses, que es otra obviedad que el PCT quiere remarcar.

“A la vista de los preparativos militares y las provocaciones de Estados Unidos”, afirma el PCT, la burguesía turca debe ser consciente de que en caso de desatarse una guerra con Rusia, Turquía es la trinchera avanzada, lo cual la empujaría hacia una catástrofe.

A pesar de todo es difícil que Turquía se aparte del eje imperialista de Estados Unidos y Europa. De momento los países europeos constituyen el mayor mercado. El sistema financiero turco está mayoritariamente comprometido con los monopolios del imperialismo occidental. Además, esos monopolios han llevado a cabo grandes inversiones en Turquía, sobre todo en el sector del automóvil.

Hace ya casi 70 años que el ejército de Turquía funciona en el seno de la OTAN y uno se engañaría si considerara a la Cofradía de Gülen como el único elemento pro OTAN dentro del ejército. En esas circunstancias, el AKP, con o sin Erdogan, y los demás políticos burgueses buscarán un compromiso que suponga mantener la adhesión a la OTAN y la continuidad de los contactos para integrarse en la Unión Europea, pero ese compromiso supondrá, al mismo tiempo, una cierta autonomía en las relaciones internacionales.

Por lo tanto, parece poco probable encontrar una base de consenso, dada la tensión entre los bloques que con la militarización se agrava cada vez más. Incluso aunque Erdogan haya recubido algunos apoyos político-económicos de Rusia, no es posible a corto y mediano plazo que la burguesía turca se atreva a cambiar de eje.

(*) https://www.kp.org.tr/es/bulletin-international-no8-fra

El Partido Comunista de Turquía se pronuncia sobre el golpe de Estado
http://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.es/2016/08/el-partido-comunista-de-turquia-se.html

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