Existe el riesgo de que se produzca una nueva brecha en el seno de la OTAN sobre los gasto militares de los Estados miembros, asegura la televisión alemana (1). Son épocas de vacas flacas y Europa está al borde de la recesión.
Los gobiernos firman muchos compromisos que no podrían cumplir aunque quisieran. Francia es el primer país que se hunde en una profunda crisis, sobre todo con el gasto en pensiones y en las calles de Reino Unido las manifestaciones y protestas son diarias.
Las encuestas muestran que los europeos no apoyan una solución militar a la Guerra de Ucrania porque no pueden pagarla. Tampoco pueden asumir los crecientes gastos militares de la OTAN.
Pero el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, vive en su propia nube. Dice que en 2024 todos los socios habrán alcanzado el objetivo de destinar al menos el 2 por cien de su PIB a defensa y que algunos están decididos a hacer de ese objetivo un mínimo, siempre con el pretexto de la Guerra de Ucrania.
En 2014 los cabecillas de la OTAN acordaron en una cumbre en Gales fijar un objetivo de gasto militar del 2 por cien del PIB para cada país miembro. Ese porcentaje no es vinculante, sino un objetivo a alcanzar. De hecho, no todos los países lo han alcanzado, como Canadá y Bélgica. En una situación de recesión económica va a ser difícil que lo consigan.
En 2014 tres socios gastaron al menos el 2 por cien de su PIB en defensa. En el primer semestre del año pasado fueron nueve los que lo hicieron. Pero las contribuciones de varios miembros están muy por debajo del nivel del 2 por cien.
Los principales Estados de Europa occidental son los más reacios a aumentar el gasto militar porque requiere un aumento de los impuestos y una reducción de las prestaciones sociales en un momento en el que las protestas llenan las calles. Un colectivo de 36 organizaciones belgas han escrito al Primer Ministro Alexander De Croo para pedirle que no aumente el presupuesto de defensa. “¿Quieres ser leal a la OTAN o quieres ser leal a tu pueblo?”, le preguntan.
En febrero del año pasado, durante el discurso sobre lla financiación del ejército, el canciller Scholz anunció: “A partir de ahora, invertiremos cada año más del 2 por cien del producto interior bruto en nuestra defensa”. Es mentira. Alemania ha incumplido sistemáticamente el objetivo de alcanzar el 2 por cien de gasto militar (2).
Ocurre lo contrario con los países del Báltico, que son los perritos falderos más fieles de la OTAN. El 2 por cien les parece poco. A principios de este invierno, tras las conversaciones mantenidas en Riga, anunciaron planes para aumentar en los próximos años el gasto militar hasta un 3 por cien del PIB.
Polonia es un Estado que se está militarizando rápidamente. Quiere formar el ejército más poderoso de la Unión Europea. El gobierno va a aumentar el número de efectivos del ejército polaco. Si a fines del año pasado tenía 164.000 soldados, el plan es llegar a los 300.000, de los que 250.000 quedarían adscritos al ejército profesional y 50.000 a las fuerzas de defensa territoriales.
Además de esos países del este, en junio de 2021 seis miembros del bloque -Estados Unidos, Reino Unido, Croacia, Grecia, Rumanía y Francia- están dispuestos no sólo a mantener, sino incluso a superar el nivel de gasto militar del 2 por cien del PIB.
La pasada primavera se abrió el debate interno. El objetivo de la OTAN es alcanzar un consenso en la próxima cumbre ordinaria, que se celebrará en la capital lituana, Vilna, los días 11 y 12 de julio.
De momento, el año pasado las empresas que trafican con armas alcanzaron grandes éxitos comerciales: aumento de las ventas, de los beneficios y máximas cotizaciones en las bolsas mundiales.
Es el momento de invertir en la guerra.
(1) https://www.tagesschau.de/ausland/europa/nato-verteidigung-ausgaben-stoltenberg-101.html
(2) https://www.rnd.de/politik/2-prozent-ziel-der-nato-kritik-an-scholz-weil-nach-zeitenwende-rede-keine-taten-folgten-UIJL4MFWCRCRHKE64H37Y43FGY.html