El golpe del ejército maliense en Kidal ha dado lugar a versiones contradictorias. Mientras unos afirman que en la batalla también participaron los ejércitos de Níger y Burkina Faso, los tuaregs aseguran que siguen manteniendo a la localidad bajo su control.
Al mismo tiempo, la expulsión del ejército francés de Mali ha dejado tras de sí a sus servicios secretos, la DGSE. El ejército maliense sostiene que su presencia tiene como fin mantener la mecha de la guerra encendida en el Sahel indefinidamente y, más claramente, que la DGSE dirige los pasos del movimiento tuareg MNLA.
Francia sigue implicada directamente en la desestabilización de Mali, como ha reconocido Bilal Ag Acherif, dirigente del MNLA, en un medio cercano a los servicios secretos franceses y marroquíes.
Ag Acherif atribuye la responsabilidad del fracaso de los Acuerdos de Argel de 2015 entre el gobierno maliense y el MNLA al poder central e, indirectamente, a Rusia.
“La responsabilidad de la situación que afrontamos recae claramente en el gobierno de Bamako y Wagner. El gobierno nunca tuvo la intención de aplicar los acuerdos de Argel. Pero la diferencia entre Ibrahim Boubacar Keita [el anterior presidente maliense] y quienes dirigen hoy el país es que Keita al menos intentó crear las condiciones para una mínima confianza entre los partidos”, afirmó.
“Desde que llegó al poder, la junta de Assimi Goita ha tenido como único objetivo reanudar los combates y destruirnos”, concluye Ag Acherif.
Pero no son sólo los espías de la DGSE los que se mantienen en el norte de Mali. El ejército maliense tiene pruebas de la participación de mercenarios estadounidenses que actúan bajo el control de la CIA.
En la base militar de Anefis, cerca de Kidal, las tropas de Bamako se han apoderado de material militar y de comunicaciones perteneciente a Unity Resources Group, una empresa estadounidense de mercenarios.
Ante el hallazgo, los medios malienses han exigido la salida de las tropas occidentales que impiden el retorno a la paz y la construcción de un nuevo Estado maliense liberado del yugo neocolonial francés y protegido contra las injerencias extranjeras.