Comienzan a aparecer los primeros detalles de los crímenes de guerra cometidos por las tropas australianas desplegadas en Afganistán. Un informe de 2016 sobre el alcance de la tortura y los asesinatos cometidos por los australianos en Afganistán hablaba de “sed de sangre” y se comparaban con las torturas y los asesinatos en la cárcel de Abu Ghraib en Irak.
Aquel informe fue redactado por la socióloga Samantha Crompvoets (1). Los testimonios de crímenes de guerra, acompañados de la impunidad, se caracterizaron por ser prácticas rutinarias que empeoraron con el tiempo.
Un informe publicado en marzo de este año, basado en el testimonio de una ejecución de un afgano, dice: “La imagen visual para mí era que el tipo tenía las manos en alto y entonces era casi como una práctica de tiro al blanco en ese soldado” (2).
Las organizaciones de derechos humanos de Australia y el Afganistán han pedido al Gobierno australiano que publique el informe de la investigación de crímenes de guerra que comenzó en 2016. La carta abierta destaca un punto importante que resuena incluso en otros países sujetos a la intervención extranjera y a la impunidad de los autores de esos crímenes: “El pueblo afgano se ha visto atrapado en un ciclo de 40 años de conflicto, profundamente arraigado en una cultura de impunidad, con muchos actores que operan con total desprecio de las leyes y normas locales e internacionales, en la firme creencia de que nadie les pedirá cuentas” (3).
La falta de rendición de cuentas está vinculada, naturalmente, a la impunidad y al secreto.
En un artículo publicado en los medios de comunicación australianos en marzo de este año se describió el asesinato de un hombre afgano que no representaba ninguna amenaza para los soldados y cuyo cuerpo fue devorado por un perro de ataque. En otro caso filmado, otro hombre afgano, que tampoco representaba ningún peligro, recibió tres disparos a corta distancia.
En una investigación llevada a cabo por las Fuerzas de Defensa de Australia, el soldado que mató al hombre afgano en un campamento fue exonerado y sigue sirviendo en las Fuerzas Especiales de Australia.
El encubrimiento es habitual y sirve para perpetrar nuevos crímenes. Es posible que este mes el gobierno australiano, como ha indicado la ministra de Defensa, Linda Reynolds, ordene publicar partes del informe.
(1) https://www.theage.com.au/national/blood-lust-killings-cover-ups-report-describes-australia-s-abu-ghraib-moment-20201027-p5692v.html
(2) https://www.abc.net.au/news/2020-03-17/four-corners-sas-allegations-war-crimes/12028522
(3) https://acij.org.au/wp-content/uploads/2020/10/Letter-to-Assistant-IGADF-Major-General-Justice-Brereton-Afghanistan-Inquiry.pdf
Más información:
– Las tropas australianas asesinaron a sangre fría a 39 civiles afganos
– Aparecen fotos de la soldadesca australiana bebiendo cerveza en la prótesis de un civil afgano
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