Este mes de agosto los Convenios de Ginebra, que son los tratados fundacionales del derecho humanitario, han cumplido 75 años y es posible que las cadenas de televisión no emitan reportajes conmemorativos porque el momento no puede ser menos propicio a la luz del terror diario que padecen los palestinos en la Franja de Gaza.
El presidente de dicho organismo, Philippe Lazzarini, ha comentado que los Convenios de Ginebra son “un conjunto de reglas universales”, en las que “todos estamos de acuerdo”.
En efecto, todos estamos de acuerdo pero a algunos, como los sionistas, eso les importa un bledo porque tienen patente de corso para hacer lo que les da la gana, como llevan haciendo desde la creación del Estado de Israel en 1948.
Por ejemplo, las instalaciones de la UNRWA, la agencia de la ONU para la ayuda a los refugiados palestinos, han sido blanco de los ataques israelíes. Si pueden atacar a la ONU y calificarla de “organización terrorista”, ¿qué no harán y dirán de los palestinos?
Las cuatro convenciones de dercho humanitario, firmadas después de la Segunda Guerra Mundial, son consideradas por el Comité Internacional de la Cruz Roja como “uno de los logros más importantes de la humanidad en el último siglo”.
En Ginebra llaman “logros” a redactar tratados para guardarlos luego en un cajón. Se supone que deben salvar vidas y proteger a los civiles. Exigen que los detenidos sean tratados humanamente, prohíben la tortura y la violencia sexual, pretenden apoyar al personal sanitario humanitario, etc.
Pero basta un simple vistazo a las noticias del día para comprobar que esas reglas son papel mojado, dentro de la guerra despiadada que Israel ha emprendido contra los habitantes de Gaza.
Los barrios son literalmente arrasados por los bombardeos israelíes. Los hospitales, las escuelas y los lugares de culto, lejos de salvarse, son, por el contrario, los objetivos favoritos de los atacantes.
Desde octubre pasado, los habitantes de Gaza han sido expulsados de una región a otra del enclave, sujetos a la voluntad de las autoridades israelíes. Están muriendo de hambre debido a un severo bloqueo que obstaculiza la distribución de la ayuda alimentaria internacional.
Tienen sed y falta de higiene debido a la falta de suministro de agua y electricidad desde la destrucción, por parte de las fuerzas israelíes, de la infraestructura del enclave.
Los prisioneros son torturados sistemáticamente y, en ocasiones, utilizados como escudos humanos. Además, el número de heridos asciende a más de 90.000 personas mientras Gaza carece de equipamiento médico y medicamentos.
¿Pueden los palestinos invocar las normas del derecho internacional humanitario?, ¿ante quién?
Hay que dejar muy claro que Israel no estaría cometiendo unos crímenes horriplantes contra los palestinos xdesde 1948 sin el visto bueno de Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, que son quienes les guardan las espaldas y les amparan, y que esos cómplices son los que alardean todos los días de su respeto a las libertades y derechos fundamentales.
El documento original del primer Convenio de Ginebra, que se firmó en 1864 para mejorar la suerte de los heridos en las guerras, se puede ver en el Museo Internacional de la Cruz Roja en Ginebra, porque se trata justamente de eso: de una pieza de museo.