El diputado Blaine Luetkemeyer |
La respuesta de Redfield también fue muy directa y clara: hay un incentivo económico, que calificó de “perverso”, para que los hospitales inflen las muertes por coronavirus y no es el único caso, sino que también ha ocurrido en epidemias anteriores.
Esta es la respuesta exacta que dio Redfield: “Creo que [Luetkemeyer] tiene razón, en el sentido de que hemos visto esto también en otros procesos de enfermedad. Realmente en la epidemia de VIH, alguien puede tener un ataque al corazón, pero también puede tener el VIH y el hospital prefiere la [clasificación] por VIH porque hay un mayor reembolso”, respondió.
Como ya hemos explicado en entradas anteriores, debido a la ley Cares aprobada por el Congreso en marzo, los hospitales reciben una prima del 20 por ciento cuando piden que se les pague por los pacientes de Medicare que supuestamente han muerto de coronavirus.
“Así que creo que hay algo de realidad en eso. Pero al final del día, es como el médico lo define en el certificado de defunción y […] todos consultamos esos certificados de defunción”, dijo Redfield.
“Así que creo que es probablemente menos operativo en cuanto a la causa de la muerte, aunque no diría que no hay algunos casos. Pero creo que cuando se trata del reembolso al hospital o a las personas que son dadas de alta, ciertamente podría jugar un papel”.
Uno de los primeros en denunciar la manipulación de las cifras fue el doctor Scott Jensen, miembro del Senado de Minnesota. En una entrevista publicada en abril reveló que había recibido instrucciones del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales de los CDC instándole a clasificar las muertes no relacionadas con el coronavirus como si lo fueran.
La Inquisición se le echó encima, y no fue de tipo político sino de sus colegas del Colegio de Médicos de Minnesota, donde ejerce. A la burocracia sanitaria le interesa tapar las verdaderas causas de la muerte de las personas.
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