Uno de los responsables de la sanidad canadiense, el doctor David Williams, dice que quien no se vacune no tendrá libertad de movimientos y estará obligado a usar mascarillas permanentemente.
Al responsable médico de Ontario le preguntaron si recomendaría la inmunización obligatoria. Williams reconoció que “no podemos obligar a nadie a vacunarse”, pero explicó que las personas que no lo hicieran tendrían severamente restringida su libertad de movimientos.
“Lo que podemos hacer es decir que si no te vacunas, entonces no te van a permitir entrar en un lugar sin equipo de protección”, dijo Williams.
“Se debe requerir la prueba de […] vacunación para tener libertad de desplazamientos […] para no tener que usar otro tipo de equipo de protección personal”, añadió.
Williams también sugirió que si existe un riesgo, se impediría a las personas entrar en ciertos lugares sin estar vacunadas.
Los gobiernos no tienen que hacer obligatoria la vacuna, simplemente pueden hacer la vida imposible a las personas que se niegan a ser vacunadas.
Si los bares, restaurantes, cines, salas de deportes, aerolíneas, empresarios y otros hacen de la vacunación una condición obligatoria del servicio, quien se niegue a ello se verá reducido a un confinamiento de facto, quedando su vida social y su movilidad completamente paralizadas.
«Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.»