Esta mañana las agencias de noticias relatan que, una vez más, Ucrania ha atacado con drones Crimes y el puente de Kerch. A lo largo de la semana otros ataques similares han alcanzado el interior de Rusia, que parece incapaz de detener o incluso reducir la frecuencia de esas operaciones a distancia.
Ayer Zelensky se felicitó por “el uso exitoso de armas ucranianas de largo alcance sobre un objetivo a 700 kilómetros de distancia”, en referencia a un ataque perpetrado desde territorio de la OTAN contra el aeródromo ruso de Pskov.
El martes el ejército ucraniano atacó el aeródromo de Pskov, situado al noroeste de Rusia. Zelensky se refiere a “armas ucranianas de largo alcance” porque Pskov está a sólo 60 kilómetros de la frontera con Estonia, pero muy lejos del territorio ucraniano más cercano.
Esto plantea dudas sobre el lugar de lanzamiento de los drones. Para que un dron pueda operar a largas distancias, debe tener una capacidad de comunicación específica. Los drones estadounidenses utilizan comunicaciones por satélite y retransmisiones de radio. Algunos drones, como el Reaper llevan misiles aire-tierra y están equipados con radares y dispositivos electroópticos muy sofisticados.
Ucrania no tiene tales sistemas de comunicaciones, por lo que parece que los drones que atacaron Pskov se lanzaron desde territorio ruso, bielorruso o estonio. No sería la primera vez que los drones se introducen subrepticiamente en el interior de Rusia, e incluso cerca de Moscú.
A falta de victorias en el campo de batalla, los ucranianos han llevado a cabo varias operaciones de sabotaje en territorio ruso. Algunos están dirigidos contra objetivos militares, pero otros han alcanzado a edificios de oficinas, centros comerciales y almacenes.
Los ataques con drones y los actos de sabotaje no pueden cambiar el curso de la guerra. El objetivo de Ucrania es sembrar discordia en el interior de Rusia, demostrar que sus defensas son porosas y que el ejército no es capaz de proteger al país.
Además, Ucrania quiere demostrar que existe una oposición seria al gobierno de Putin; de ahí el uso de ciudadanos rusos en los sabotajes.
Los ataques de Ucrania contra Rusia también tienen como objetivo contrarrestar los ataques rusos contra la infraestructura civil de Ucrania. Justo cuando los ucranianos lanzaron su mayor ataque con drones contra Rusia, el día 29, los rusos bombardearon Kiev.
Las operaciones de sabotaje y drones de Ucrania conllevan una serie de riesgos que pueden preocupar a los socios de Ucrania en la OTAN. Atacar cerca de un país vulnerable de la OTAN, como el ataque de Pskov, podría desencadenar una respuesta transfronteriza que podría desencadenar una escalada de la guerra. La propia Rusia asumió un gran riesgo al atacar recientemente el depósito de cereales y el puerto ucraniano de Izmail en el Danubio. Rumania está al otro lado del río.
Ucrania debe tener cuidado al elegir sus objetivos dentro de Rusia. En particular, debe mantenerse alejado de las instalaciones de almacenamiento de armas nucleares donde se encuentran los aviones estratégicos rusos, y debe tener cuidado con los ataques que los rusos podrían interpretar como provenientes directamente de miembros de la OTAN. Un error podría convertir instantáneamente la guerra en Ucrania en una guerra en toda la OTAN, algo para lo que la OTAN no está preparada.