Los aficionados del Celtic están con Palestina, tanto si llueve como si brilla el sol

Las frías gradas de un estadio de fútbol escocés no son el primer lugar en el que uno podría encontrar apoyo para la liberación palestina. Pero si vas a Celtic Park un día de partido, verás a miles de aficionados usando keffiyehs, comiendo falafels y agitando banderas palestinas.

El Celtic F.C. es uno de los únicos 23 equipos que han ganado la Champions, antes conocida como la Copa de Europa. Pero sus aficionados, especialmente la Brigada Verde, ven el club como un vehículo para un cambio social progresista y radical, incluso apoyando la resistencia palestina.

La solidaridad los ha enfrentado con las autoridades del fútbol. En 2016, el Celtic fue el anfitrión de un partido de clasificación para la Champions contra el equipo israelí Hapoel Beer Sheva. En protesta contra los crímenes israelíes en Palestina, la Brigada Verde organizó una exposición masiva de banderas palestinas, transformando gran parte del estadio en una pared negra, blanca, verde y roja.

La UEFA, el máximo órgano de fútbol europeo, castigó al Celtic por su solidaridad, al imponer una multa al club de más de 11.000 euros. En respuesta, la Brigada Verde inició una campaña para recaudar una cantidad similar para la Medical Aid for Palestine. La campaña se hizo viral, recaudando 176.000 dólares.

Mensajes políticos así son comunes en los partidos del Celtic. Durante la final de la Copa Escocesa de 2018, la Brigada Verde exhibió gigantescas pancartas en el minuto 70 de juego, conmemorando el 70 aniversario de la Nakba de 1948, la limpieza étnica de Palestina. En las pancartas se podía leer: “Para acabar con el genocidio, acabemos con el sionismo”.

‘Para acabar con el genocidio hay que acabar con el sionismo’

Desde el 7 de octubre de 2023 y la embestida israelí que la siguió, las muestras abiertas de apoyo a Palestina se han vuelto más frecuentes y están mejor organizadas. En los partidos de Liga es común ver muros de banderas palestinas repletos de mensajes como “Palestina libre. La resistencia vencerá”. En un partido de la Champions con el Atlético de Madrid, los aficionados cantaron “Nunca caminarás solo”, dedicándoselo al pueblo de Gaza.

En septiembre el Celtic se enfrentó al Slovan de Bratislava, de Eslovaquia, y los aficionados enviaron otro mensaje de apoyo al pueblo de Palestina: “Pueden oprimirte, pueden encarcelarte, pero nunca romperán tu espíritu”. El Celtic ganó 5-1 el partido.

Pero la solidaridad de los aficionados del Celtic va mucho más allá de las palabras y la recaudación de fondos. A raíz del incidente con el Hapoel Beer Sheva, la Brigada Verde creó un equipo hermano, Lajee Celtic, para los palestinos del campamento de refugiados de Aida en Belén. La nueva academia del club tiene más de 80 niños registrados como jugadores y un equipo adulto que intenta asegurar un lugar en la Liga Palestina de fútbol. Los jugadores del Lajee Celtic llevan los colores de la bandera nacional palestina, pero también con aros verdes y blancos, un homenaje a su club hermano escocés. Lajee Celtic es más que un club; su misión, en sus propias palabras, es romper barreras y llevar esperanza al país.

Las autoridades no han tomado amablemente con las acciones de los aficionados del Celtic y han intentado castigarlos. La dirección del Celtic F.C. también ha expresado su consternación e incluso ha prohibido a muchos miembros de la Brigada Verde asistir a los partidos. Pero sus acciones también han atraído elogios de todo el mundo. El mes pasado, los campeones turcos Galatasaray exhibieron una gigantesca pancarta en la que se leía “Gracias a los hinchas del Celtic por su apoyo inquebrantable a Palestina”.

Un club de fútbol que nació del hambre: el Celtic de Glasgow

Pero, ¿qué explica la solidaridad entre los seguidores del Celtic y la causa palestina? Daniela Latina, una académica de Glasgow e hincha del Celtic, dice que entender las raíces del club es la clave para responder a esa pregunta.

El club nació de la Gran Hambruna de mediados del siglo XIX, un genocidio en gran parte causado por el hombre que vio un colapso en la cosecha de patatas de Irlanda. Las autoridades británicas que gobernaron Irlanda en ese momento siguieron con la continua exportación de alimentos irlandeses a Inglaterra y bloquearon los esfuerzos de ayuda contra el hambre.

El resultado, explicó Latina, fue la muerte de alrededor de un millón de personas y el éxodo masivo de millones más. La Gran Hambruna sigue atormentando a la sociedad irlandesa. Hoy en día, la población de Irlanda todavía no se ha recuperado a su nivel de población de 1830.

Uno de los que ofreció ayuda a los irlandeses hambrientos fue el pueblo palestino. “El sultán Abdulmecid I del Imperio Otomano, del que Palestina formaba parte, concedió 10.000 libras de ayuda a los irlandeses, pero la reina Victoria intervino y exigió que sólo enviara 1.000 libras, ya que ella había enviado 2.000 libras, y no quería parecer tacaña. El Sultán ignoró a Victoria y envió 10.000 libras y otros cinco barcos de grano, comida y medicinas”.

Los tribunales ingleses rechazaron las solicitudes de los barcos para atracar, pero la flota no se acobardó por ello. Viajó en secreto a Drogheda Harbour en Irlanda para entregar la ayuda. Como gesto de agradecimiento, hoy Drogheda United Football Club todavía lleva la estrella otomana y la media luna.

Sin embargo, la hambruna provocó que cientos de miles de irlandeses huyeran a Escocia, especialmente a la bulliciosa ciudad de Glasgow. Estos refugiados a menudo recibían un mal trato y vivían en condiciones indigentes. En 1887 un sacerdote local fundó el Celtic Football Club como una empresa social, con el objetivo de utilizar los beneficios de la venta de entradas para financiar comedores para la comunidad católica irlandesa. De ahí que, desde sus inicios, el Celtic representara a los refugiados y marginados de la sociedad escocesa.

De los refugiados irlandeses a los refugiados palestinos

Al mismo tiempo, el movimiento por la independencia irlandesa estaba ganando impulso. Irlanda había sido colonizada por Inglaterra durante más de 700 años, y las autoridades británicas llegaron a importar un gran número de colonos protestantes a la isla. A los colonos les otorgaron privilegios especiales y tierras, de las que fueron expulsados los autóctonos. Y a pesar de que la República de Irlanda se aseguró la independencia en 1921, la isla sigue dividida en dos estados hasta el día de hoy, con el norte dominado por los protestantes, todavía formando parte de Reino Unido.

A pesar de ser una nación de Europa occidental geográficamente, Irlanda tiene una historia más parecida a las naciones colonizadas del Tercer Mundo que a sus vecinos. Eso explica por qué ha sido uno de los patrocinadores más firmes de Palestina a escala internacional. Fue el primer miembro de la Unión Europea en pedir la creación de un Estado palestino y el último en conceder a Israel permiso para abrir una embajada. En Europa ha sido la más dura crítica de la agresión israelí, a menudo aliada con los países asiáticos, africanos y latinoamericanos.

Debido a su historia como nación que lucha por un estado independiente, un país que muchos ven dividido en dos y ocupado por una potencia extranjera, unido al hecho de que tantos irlandeses sean refugiados originariamente, sienten una afinidad natural por Palestina, viendo vínculos entre ambas luchas. Es natural, entonces, que el Celtic, el club católico irlandés de Glasgow, fundado por refugiados, vea mucho de sí mismo en el pueblo palestino.

‘Tarjeta Roja a Israel’

Como parte de su guerra contra Gaza, Israel ha intentado borrar los símbolos de la cultura y la identidad palestinas, y eso incluye el fútbol. Desde el 7 de octubre de 2023, al menos 500 atletas, árbitros o empleados deportivos palestinos han sido asesinados. Quizás el más notable sea el Dr. Adnan Al Bursh, jefe del departamento médico de la Asociación Palestina de Fútbol. Al Bursh fue capturado, torturado y asesinado por las tropas israelíes, que, hasta el día de hoy, se han negado a devolver su cuerpo.

Sin embargo, el ataque al fútbol palestino no comenzó en 2023. En 2014 los primos Jawhar Nasser Jawhar, de 19 años, y Adam Abd Al Raouf Halabiya, 17, y jóvenes estrellas a punto de ser llamados al equipo nacional, estaban de viaje a casa desde una sesión de entrenamiento cerca de Ramallah. Fueron emboscados por el ejército israelí, que disparó a Al Raouf en las piernas. Jawhar corrió en su ayuda y también fue acribillado a balazos, incluyendo siete disparos en su pie izquierdo, tres en su derecho y uno en la mano. Un perro de ataque se abalanzó sobre ellos y posteriormente los soldados le rompieron las piernas a Al Raoufs, sugiriendo que sabían quién era.

Israel también ha destruido deliberadamente los estadios palestinos y, durante décadas, ha bloqueado regularmente a la selección nacional palestina para que no pueda abandonar el país, obligándolos así a retirarse de las competiciones internacionales. Por eso ahora, en gran parte, el equipo nacional se forma con jugadores de la diáspora.

Como resultado, hay un creciente movimiento de base para excluir a Israel y a los equipos israelíes de las competiciones internacionales y está siendo dirigido por los aficionados del Celtic. En su reciente choque de la Liga de Campeones con el Bayern de Munich, los aficionados exhibieron una enorme pancarta exigiendo a las autoridades que mostraran “tarjeta roja” a los equipos israelíes. Manifestaciones similares se han visto en otros partidos en Italia, España, Francia, Grecia, Irlanda, Turquía y Malasia.

Un portavoz del movimiento “Tarjeta Roja a Israel” explicó que suspender a Israel de los acontecimientos deportivos ilustraría que la violación de los derechos humanos acaba en expulsiones a escala internacional y que no se puede seguir ignorando descaradamente el derecho internacional mientras Israel disfruta del privilegio de la participación internacional en el deporte.

Los partidarios de la prohibición señalan que las autoridades toman medidas regularmente contra los estados-nación. En la década de los noventa se prohibió a Yugoslavia competir en el Mundial de 1994 en medio de una guerra civil en los Balcanes. Y en 2022, Rusia fue excluida, tanto del Mundial como de los Juegos Olímpicos debido a la Guerra de Ucrania.

Sin embargo, con Israel, la situación es más complicada, principalmente porque quienes están en posiciones de poder se mantienen sistemáticamente hombro con hombro con Tel Aviv y han tomado medidas contra quienes protestan por el genocidio. Es altamente incierto que la campaña tenga éxito. Pero una cosa está fuera de toda duda: los aficionados del Celtic estarán con Palestina, tanto si llueve como si brilla el sol.

—https://www.mintpressnews.com/love-from-glasgow-to-gaza-why-celtic-fc-fans-support-palestine/289198/

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