Los titulares estos días siguen anunciando positivos por doquier. Donald y Melania Trump también «dieron positivo». Otra noticia fustiga a estudiantes de la Universidad Politécnica de Valencia que «se contagiaron» el covid-19 por irse «de fiesta». Todas estas pseudohistorias están activando otro absurdo frenesí mediático, que ha empujado a muchas personas a evitar enfrentar lo que es una evidencia, para evitar ser asociados al fascismo, o peor, al «terraplanismo».
Desde el comienzo del brote de coronavirus, la mayoría de los medios de comunicación españoles han sido sumamente crédulos y cómplices en sus informes. Los periodistas promueven casi uniformemente lo que podemos llamar la narrativa del «confinamiento» como único destino posible, y que consiste en exagerar enormemente los riesgos del coronavirus para servir a una agenda política.
Pueden estar motivados para herir políticamente al partido de gobierno, para promover una «nueva normalidad» de carácter fascista o simplemente para generar más clics y visitas. Las malas noticias venden. Lo que tenemos que tener claro es que lo que vende no es ni el «terraplanismo» ni la «conspiranoia» de la que se acusa a los sectores que critican la narrativa oficial; lo que vende es la cifra de muertos, de contagiados y lo irresponsables que son los chavales por hacer botellón.
Esto explica por qué los medios de comunicación utilizan los términos «caso» e «infección» de manera tan vaga, hasta el punto de desinformar activamente al público. Todas la charlas interminables sobre pruebas, pruebas y pruebas ha servido para ocultar dos hechos importantes. En primer lugar, las pruebas en sí mismas tienen una fiabilidad ridícula al producir falsos positivos y negativos. Y además, la detección de partículas de virus en el tracto respiratorio de un ser humano nos dice muy poco. Ciertamente no nos dice que están enfermos o que transmiten la enfermedad a nadie.
Un virus no es una enfermedad. Solo un porcentaje muy pequeño de las personas expuestas al virus SARS-CoV-2 en sí, muestra algún tipo de síntoma respiratorio agudo, o lo que podemos llamar «enfermedad por coronavirus«.
Las únicas estadísticas significativas muestran la incidencia de enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes. La estadística más importante entre ellas es la tasa de mortalidad por infección. Los datos recopilados hasta julio muestran que la tasa para los menores de cuarenta y cinco años es en realidad más baja que la de la gripe común. El covid-19 aumenta para los mayores de cincuenta años, pero no por ello es una sentencia de muerte. Y los datos no segregan a aquellos con problemas de salud preexistentes causados por obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Si pudiéramos ver datos sólo de personas razonablemente sanas menores de cincuenta años, las cifras serían aún más tranquilizadoras.
Los casos de coronavirus leve o asintomáticos carecen de sentido en la práctica. El mundo está lleno de bacterias y virus y, a veces, nos enferman un poco durante unos días. Hay millones de ellos en el mundo a nuestro alrededor, en nuestra piel, en nuestra nariz y tracto respiratorio, en nuestros órganos. Estamos destinados a vivir con ellos, por eso todos tenemos un sistema inmunológico diseñado para ayudarnos a coexistir y adaptarnos a organismos en constante cambio.
Desarrollamos anticuerpos de forma natural o intentamos estimularlos a través de vacunas, pero en última instancia, nuestro propio sistema inmunológico tiene que lidiar con el covid-19. Los virus siempre estarán ahí afuera esperando, al otro lado de cualquier encierro o máscara, por lo que es mejor que sigamos adelante.
Desde el primer día, el enfoque debería haber estado en aumentar la inmunidad a través del ejercicio, el aire fresco, la luz solar, la alimentación adecuada y la promoción del bienestar general. En cambio, nuestros políticos, burócratas y medios de comunicación insistieron en cierres de empresas, cierres de escuelas, distanciamiento, aislamiento, máscaras y el espejismo de una vacuna rápida y eficaz.
Los confinamientos nunca se justificaron, ni en términos de riesgo ni de las asombrosas compensaciones económicas que el gobierno del PSOE y Podemos ha aprobado para la banca, que se sentirán durante décadas.
Ciertamente no están justificados ahora, dados los siete meses de datos adicionales que muestran que la transmisión y la letalidad del covid-19 no son particularmente peores que las anteriores pandemias de SARS, gripe porcina o Ébola. Todavía no sabemos cuántos de los 27000 muertos por coronavirus en España fueron realmente por la enfermedad respiratoria SARS-CoV-2, o simplemente reflejan personas que murieron por otras causas después de la exposición al covid-19; no lo sabemos, entre otras cosas, porque no se ha tomado ni una sola muestra biológica de los fallecidos, y nunca se podrá comprobar. Sabemos que los daños causados por los encierros superan con creces los daños planteados por el virus covid-19.
Los políticos y sus cómplices promotores de la histeria en los medios (y los beneficiarios económicos de todo esto) han pegado un acelerón en el deterioro de nuestras vidas, y no parece que vayan a renunciar al terreno que han ganado en estos meses. ¿Cuánto más aceptaremos?.
La verdad es que no se a donde va este artículo. Me intriga.
Me alucina en primer lugar la utilización de un metalenguaje altanero utilizando palabros y expresiones como pseudohistorias, frenesí mediático, terraplanismo, conspiranoia, etc. Creo que un lenguaje más honesto y accesible permitirá una mejor comprensión.
A ver si lo entiendo, el problema son los medios españoles que intentan herir al partido del gobierno (vaya novedad), promover la “nueva normalidad” de carácter fascista (¿?) o generar mas visitas a sus medios (vaya novedad, viven de eso).
Y para ello utilizan las cifras de muertos, contagiados y casos, y a los chavales que hacen botellón sin mascarilla. Pues vaya novedad que los medios utilicen estos elementos sin vergüenza, te informo de que lo utilizan en todos los temas.
En realidad, hay medios moderados y medios incendiarios en todas las sociedades, la española no es una excepción. No tiene nada que ver escuchar la SER u oír el telediario de Antena 3 o leer el OK Diario.
Lógicamente los medios incendiarios visten sus argumentos de ciencia, vaya novedad.
La imprecisión de los PCR es conocida y el dato de casos puede matizarse. Los ingresos en los hospitales y los muertos son menos matizables, aunque como cualquier dato no es completamente preciso. (esto es pura estadística de primero). Pero negarlos carece de sentido.
Claro que sólo un porcentaje de personas desarrolla la enfermedad, esto es sabido por todos, más hombres que mujeres, más cuanto mayores son las personas, más cuanto mas ENT (enfermedades no transmisibles) y prácticas de riesgo llevan consigo, también la detección temprana y la buena asistencia médica reduce los riesgos. Hay buenos gráficos de esto en todos los medios de comunicación serios, te invito a consultarlos.
Por supuesto que vivimos con muchos virus alrededor, esto lo sabe todo el mundo, nada nuevo.
Ahora, el enfoque de prevención a través del ejercicio, la alimentación sana, el aire fresco, etc. es importantísimo, sin duda y estoy muy a favor de esto y además creo que es prioritario y urgente (en mi opinión hay que quitar el IVA de las actividades deportivas, de la verdura y de la fruta, y de las actividades que promuevan el medioambiente y la biodiversidad y subirlo a la comida basura y al alcohol -aunque me joda- también hay que poner sistemas de etiquetado que cuenten lo malo que son algunos productos y que los productos ecológicos y respetuosos con el medio ambiente tengan ventajas económicas, esto es lo que yo propongo concreto, fácil y rentable económica y socialmente).
No solo por el coronavirus, sino también por la mejora de la salud (diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares, etc.) ya digo si eso es lo que quiere decir el artículo, estoy muy de acuerdo, este es un problema de cojones que ocasiona cada año muchos muertos y hay muchos intereses de grandes empresas con los que lidiar (el tercer sector más importante en España es el de la carne roja procesada, que sabemos que es cancerígena).
Sigo con el comentario, decir que los confinamientos no se justifican, no se qué base tiene, tendría que decir por qué. Yo creo que son necesarios si creemos que la vida de las personas, aunque sean las personas mayores, merece la pena. Pero esto se puede discutir.
Ayuso dice que si muere un 1% de la población, pero la economía no se resiente está bien, yo creo que 460.000 muertos en España es inasumible y me cago en ella, perdona el insulto.
Lo de las asombrosas compensaciones del PSOE a la banca es una tremenda tontería, además de mentira, las ayudas han sido para las empresas, no para la banca.
Además los 100.000 millones del ICO a las empresas, como los ERTE y la renta mínima, han permitido sostener la economía como dicen casi todos los economistas y además ¿La otra alternativa cual era? dejar caer la economía y que sufran los más pobres.
En economía sería bueno un mayor conocimiento y no atreverse a decir cosas tan esotéricas, el sufrimiento de una crisis para la gente más humilde es tremendo.
Los muertos son mucho más de 27.000 desgraciadamente, las estadísticas lo muestran, basta con mirar el INE, y ojo con poner en duda las estadísticas que es el primer paso al fascismo, aunque haya algunas desviaciones, los números son consistentes. El coronavirus es un problema de salud le guste al autor o no.
Ha habido muchos errores y graves y deben criticarse, a lo mejor el confinamiento fue un error, yo creo que no, pero negar la evidencia es ridículo y las críticas han de hacerse de manera consistente.
Por último, al final el autor se despacha con los políticos y los medios que son sus cómplices. A quién se refiere cuando habla de políticos ¿a los concejales de los pueblos? ¿a todos los partidos? alucino.
Decir que los medios son cómplices de Pablo Iglesias sólo se justifica si no has leído ningún medio, o no sabe que significa la palabra medios, o no sabe quienes son los políticos o no sabes lo que es la lógica más simple.
(no se si estoy de acuerdo con muchas cosas de Pablo Iglesias, pero desde luego los medios no son sus cómplices).
Por cierto, no era que los medios lo que querían era herir al gobierno…
En cuanto al deterioro de nuestras vidas del último párrafo, ocasionado por la histeria en los medios, le respondería que la mejor manera de confrontar esta histeria es con rigor, no desarrollando un discurso radical que diga que todo es mentira y que son unos cabrones.
Gerónimo Sánchez.
Lo que no se entiende es tu comentario. Los préstamos ICO son avales para la banca, y no subsidios finalistas. Es decir, que si las PYME’s no pueden pagar esos préstamos (que por cierto, no han entregado muchos), palman y punto, pero los bancos podrán salvar sus balances gracias a estos avales.
PCR’s con fallos, medios de desinformación y posibles «errores» en cuanto al confinamiento.
No queda claro si tu comentario apoya las conclusiones del texto, o si simplemente estás aburrido.
Decir que gracias a esta gestión el bienestar de los más desfavorecidos ha sido medianamente preservado -sin hablar por supuesto de la concentración de capitales, que se te ha olvidado, economista-, o estás muy mal informado, o eres un miserable.
Saludos.