Lituania decidió profesionalizar su ejército tras su ingreso en la OTAN y en 2015 dio marcha atrás para reintroducir el servicio militar obligatorio.
Letonia hizo lo mismo. Primero creó un ejército profesional de 7.500 soldados, complementado por una Guardia Nacional formada por voluntarios. Pero hace unos días el Ministro de Defensa, Artis Pabriks, anunció que el servicio militar obligatorio se restablecerá el año que viene.
Se hará gradualmente. Inicialmente, se convocarán voluntarios de entre 18 y 27 años. Después, tras un periodo de cinco años, el servicio militar obligatorio se extenderá a todos los jóvenes letones. Las mujeres jóvenes sólo pueden tomar las armas voluntariamente.
Según Pabriks, se espera que el servicio militar obligatorio cueste entre 100 y 120 millones de euros una vez que esté plenamente operativo.
“Vivimos en un país libre y democrático junto a un país que no ha abandonado sus tradiciones imperiales. Si no queremos que nos quiten la libertad, cada ciudadano debe hacer algo para defender sus derechos. La presencia de los aliados [OTAN] ha aumentado, y eso significa garantías, pero nuestra tarea es demostrar que nos tomamos muy en serio nuestra defensa”, explicó el ministro.
En los últimos años, varios países europeos han iniciado encuestas para “demostrar” que una opinión mayoritaria está a favor de mantener el servicio militar obligatorio. Pero una cosa es predicar y otra dar trigo. Hay muchos partidarios del servicio militar, pero ninguno de ellos dejaría un tiempo de su vida en un cuartel militar, y mucho menos en un ambiente belicista, como el actual.
En los ejércitos actuales, los reclutas tienen poca cabida, salvo como fuerzas auxiliares. A pesar de ello, países como Suecia han restablecido el servicio militar. Se trata de periodos de acuartelamiento muy breves cuyo objetivo no es adiestrar a los jóvenes para conducir un tanque, sino para difundir propaganda de guerra, es decir, lograr un amplio consenso social en torno a los militares como encarnación y modelo de sociedad.
Restablecer el servicio militar obligatorio no es tan fácil como parece, porque con su desaparición se cerraron la mayor parte de los cuarteles militares y luego se vendieron a empresas privadas a precios irrisorios.
A pesar del militarismo rampante, en Estados Unidos sólo el 9 por cien de los jóvenes están dispuestos a servir en filas, la cifra más baja en 15 años. El motivo principal es que tienen miedo a ser heridos o muertos durante el servicio militar.
Además, sólo el 23 por cien de los estadounidenses de entre 17 y 24 años son aptos para alistarse en el ejército, frente al 29 por cien del año pasado, por motivos tales como la obesidad o a la adicción a las drogas.