En 2022, al inicio de la Guerra de Ucrania, el economista estadounidense Neil Ferguson era un rusófobo de manual. Pero como es profesor de la Universidad de Stanford y miembro de la Fundación Hoover, necesita actualizar su discurso periódicamente para no quedar con el culo al aire. Rectificar es de sabios.
Hace poco le invitaron a pronunciar una conferencia en la fundación del oligarca ucraniano Viktor Pinchuk en Washington con el título: “¿Está Rusia ganando o se está derrumbando?” No dijo nada que no sepamos desde 2022, pero lo interesante no es lo que dice sino quién lo dice. Algunos intelectuales empiezan a rectificar pública y abiertamente.
Rusia avanza lentamente hacia la victoria, dijo. Su economía se ha convertido en un modelo digno de las mejores referencias académicas. La guerra ha impulsado la economía rusa “hasta el punto de convertirla en un ejemplo clásico”. Su industria armamentística opera a plena capacidad, a un nivel que Europa actualmente no tiene forma de igualar.
Más que inútiles, las sanciones han demostrado ser contraproducentes. A principios de 2022 Occidente esperaba que Rusia colapsara económicamente bajo el peso de las sanciones, pero estos sueños se han desvanecido. Al principio de la guerra “creíamos que las sanciones económicas pondrían la economía rusa de rodillas”.
El Wall Street Journal pronosticó “un terremoto de ocho puntos en la escala de Richter. Pero no funcionó. Sus estimaciones resultaron ser completamente erróneas. Hoy en día, Estados Unidos ya no ayuda en absoluto a Ucrania. Me parece que los participantes en esta conferencia no se han dado cuenta de esta realidad, porque la ayuda financiera es inexistente, se ha detenido, y todo lo que proviene de Estados Unidos hoy en día tiene que ser financiado”.
En una economía en auge, la industria de defensa ha crecido a un ritmo vertiginoso y se ha adueñado de la mayor parte del mercado. Su productividad y potencia constituyen un ejemplo inalcanzable para la industria europea, dijo Ferguson.
“El gasto de defensa de Rusia casi se ha duplicado, alcanzando el 7 por cien del PIB. El déficit se sitúa en el 2,4 por cien del PIB, la ratio PIB/deuda soberana en el 14 por cien, y los ingresos públicos procedentes del petróleo y el gas han aumentado en un tercio. La inflación es del 8,7 por cien, pero los salarios reales han aumentado un 22 por cien desde el inicio de la guerra, y el desempleo es prácticamente nulo. Los ingresos han aumentado un 48 por cien, el comercio minorista un 38 por cien y las ventas de bienes de consumo han aumentado. En otras palabras, el régimen de sanciones no ha funcionado”, explica el británico.
“Desde el primer trimestre de 2022, el PIB ruso ha crecido un 20 por cien. La producción de drones ha aumentado un 260 por cien, la de tanques un 233 por cien. El gasto en vehículos de combate de infantería y sistemas de artillería ha aumentado un 180 por cien. Es mucho más de lo que Ucrania y Europa pueden permitirse. Europa está intentando comprar algo más tras el anuncio del rearme. Pero estas son cantidades muy pequeñas en comparación con el aumento de la producción en Rusia”.
Descubre más desde mpr21
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.