El ejército ruso se lo está tomando con calma. Después de una pausa operativa debida a las condiciones meteorológicas, ha retomado el cerco de Avdeievka, que deja abierto el último eje logístico que abastece a las unidades presentes en el interior de la ciudad.
La 47 BM, brigada de élite del ejército ucraniano intenta romper el cerco en condiciones difíciles debido a la escasez de municiones de todo tipo, en particular de artillería.
Los rusos repiten la misma maniobra que en Bajmut (Artemovsk) con el objetivo de agotar a los ucranianos en torno a una ciudad que el gobierno de Kiev considera que no pueden abandonar.
Como en Bajmut, algunos residentes, a pesar de la destrucción y los combates, se negaron a evacuar y esperan la llegada de los rusos: es la paradoja de una guerra que inicialmente fue civil entre miembros del mismo país.
El ejército ruso compuesto, principalmente, por milicias de la Repúlica Popular de Donetsk, está muy motivado por la captura de una ciudad cercana desde la que los ucranianos han estado bombardeando a la población desde hace nueve años.
Si bien el ejército ucraniano se encuentran falto de efectivos, equipos y municiones en todo el teatro de operaciones terrestres, la batalla de Avdeievka constituye un choque contra del sentido común defendido por el Estado Mayor del ejército ucraniano.
Las circunstancias actuales deberían propiciar una retirada operativa de los ucranianos en todos los sectores donde agotan sus recursos, para reposicionarse en egmentos del frente preparados de antemano y reconstituir las reservas operativas capaces de intervenir en sectores del frente en dificultades.