La superioridad aérea es el núcleo de las estrategias militares de las potencias imperialistas y la precisión de los nuevos misiles antiaéreos de largo alcance han acabado con ella, al menos tal y como se definió originalmente en las academias de guerra. Estados Unidos se tiene que replantear la guerra en el aire si quiere hacer frente a adversarios técnicamente sofisticados.
En octubre del año pasado el informe de Finabel reconoció que la superioridad aérea se ha quedado obsoleta para la guerra moderna a medida que los sistemas avanzados de defensa antiaérea, los drones y la guerra electrónica remodelan los campos de batalla (1).
La supremacía aérea tradicional, caracterizada por el control indiscutible de los cielos, es cada vez más inalcanzable en los conflictos que involucran adversarios tecnológicamente avanzados.
La aparición de una “capa aérea”, un áltura disputada desde el suelo hasta los 300 metros, ha intensificado el desafío, con los drones y la guerra electrónica, comprimiendo el espacio aéreo en un subdominio muy competido.
Esta capa subraya la necesidad de integrar las operaciones aéreas y terrestres a través de estructuras de mando centralizadas y operaciones conjuntas, particularmente en las campañas de supresión y destrucción de las defensas antiaéreas enemigas (SEAD/DEAD). El futuro del poder aéreo consiste en lograr una superioridad aérea limitada y situacional, en lugar de un dominio absoluto.
La OTAN está obligada a contrarrestar las estrategias A2/AD (*) y suprimir las defensas antiaéreas de los adversarios (2). Para ello debería desarrollar nuevas prestaciones, como drones, satélites, fuego de precisión de largo alcance y guerra electrónica, en lugar de buscar la superioridad aérea tradicional.
El nuevo misil chino tierra-aire
En marzo del año pasado, un equipo científico chino diseñó un misil tierra-aire (SAM) con un alcance de más de 2.000 kilómetros (3). Puede apuntar a aviones de alerta temprana y bombarderos, lo que podría cambiar la dinámica de las guerras regionales. Mide ocho metros de largo y pesa 2,5 toneladas, utiliza un motor de cohete de combustible sólido para el lanzamiento vertical y un estatorreactor para la propulsión en la atmósfera superior.
Los datos en tiempo real de los satélites de reconocimiento guiarán el misil y pasarán a sus sensores para su orientación final. Señala que el desarrollo es parte de la estrategia más amplia A2/AD (*) de China, destinada a contrarrestar la fuerza militar estadounidense en puntos calientes del Océano Pacífico, como el Estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional.
El diseño del misil enfatiza el bajo coste de producción. Este desarrollo, junto con otras tecnologías nuevas y emergentes, desafía estrategias largamente sostenidas de superioridad aérea.
En un informe de diciembre del año pasado presentado al Congreso de Estados Unidos, la Fuerza Aérea reconoció que algunos adversarios están preparados para desplegar armas antiaéreas guiadas por sensores basados en el espacio con un alcance superior a los 1.600 kilómetros, impidiendo así las operaciones aéreas tradicionales (4).
Las inversiones de China en armas de precisión de largo alcance, incluidos vehículos hipersónicos intercontinentales y un arsenal diverso de misiles lanzados desde tierra, mar y aire, respaldados por sistemas de puntería avanzados basados en el espacio, plantean riesgos para objetivos militares clave, como los petroleros.
El informe afirma que para 2050 las bases aéreas avanzadas y los emplazamientos fijos serán cada vez más vulnerables a ataques de precisión sostenidos, lo que requerirá cambios significativos en la estrategia de la Fuerza Aérea. Las amenazas antiaéreas impedirán el mantenimiento de refugios a cualquier distancia, lo que requerirá confiar en la superioridad aérea episódica y en capacidades distribuidas.
También destaca la necesidad de integrar sistemas de vigilancia y selección de objetivos basados en el espacio, al tiempo que se aborda el desafío de las armas espaciales del adversario, incluidos posibles vehículos de planeamiento hipersónico (HGV) o sistemas con capacidad nuclear.
La Fuerza Aérea tiene que modernizar sus planteamientos, tecnologías y estructuras para seguir siendo efectiva y contrarrestar esos avances, que dependen en gran medida del dominio del espacio.
La vulnerabilidad de los aeródromos estadounidenses en el Pacífico
Los aeródromos estadounidenses en el Pacífico son extremadamente vulnerables a la aviación y los misiles de largo alcance de China, con el riesgo de sufrir pérdidas devastadoras incluso antes de que comience la guerra.
El ejército chino ha superado los esfuerzos de Estados Unidos para fortalecer la infraestructura de los aeródromos, duplicando el número de refugios reforzados a más de 3.000 y añadiendo grandes pistas, mientras que Estados Unidos ha añadido sólo dos desde 2010. Por el contrario, las bases aéreas estadounidenses han quedado expuestas a ataques de precisión con misiles. En caso, de guerra, la mayoría de las pérdidas de aviones ocurrirían en tierra.
Estados Unidos sigue anclado en las estrategias de la Guerra Fría y su Fuerza Aérea aún debe adaptarse al desafío estratégico de mantener el fuego continuo mientras mantiene la capacidad operativa (5).
Por el contrario, el ejército chino tiene ahora una capacidad reconocimiento de largo alcance y puede ejecutar ataques de precisión destinados a paralizar a la fuerza aérea estadounidense, inutilizando infraestructuras críticas, pistas y aviones en tierra, lo que requiere un cambio en la defensa de las bases aéreas. Los esfuerzos de fortificación de China están diseñados para permitir operaciones aéreas sostenidas en caso de un ataque, lo cual es una ventaja estratégica.
(1) https://www.academia.edu/124507599/Rethinking_the_Concept_of_Air_Superiority_From_Sine_Qua_Non_Towards_Interoperability
(2) https://warontherocks.com/2024/09/windows-not-walls-conceptualizing-air-superiority-for-future-wars/
(3) https://www.scmp.com/news/china/science/article/3256914/chinese-scientists-plan-surface-air-missile-2000km-range
(4) https://www.govexec.com/media/general/2025/1/department_of_the_air_force_2050.pdf
(5) https://mitchellaerospacepower.org/wp-content/uploads/2024/07/Fighting-the-Air-Base-Final2.pdf