Las principales empresas de Alemania están segregando a sus trabajadores, creando comedores para los vacunados y zonas separadas para los no vacunados, que quedan obligados a seguir las órdenes de ponerse la mascarilla y guardar la distancia social.
El gigante farmacéutico Bayer, la empresa energética Eon y la empresa de viajes Alltours están dispuestas a imponer estas nuevas normas, que harán que los no vacunados sean tratados como ciudadanos de segunda clase.
En las zonas 2G reservadas a los vacunados y recuperados, los trabajadores podrán comer juntos en condiciones normales, mientras que los que no están vacunados o no facilitan información sobre su estado de vacunación tienen que seguir sometidos a normas de distancia social, mascarillas y compartimentación durante las comidas (*).
Además, Bayer ha anunciado que sus trabajadores también han empezado a formar grupos de trabajo que “excluyen al personal no vacunado”.
También se ha prohibido la entrada a las personas que visiten los tradicionales mercados navideños de Berlín, si no estén vacunadas.
A pesar de la discriminación, el 90 por ciento de los alemanes que no se han vacunado dicen que no piensan hacerlo en un futuro próximo.
El gobierno alemán ha anunciado que los infractores de las reglas sanitarias serán detenidos y encarcelados en los campos de refugiados que hay repartidos por el país.
A principios de este verano, también se confirmó que a las personas no vacunadas se les negarían actividades básicas, como visitar cines y restaurantes.
El redactor jefe del periódico más importante de Alemania, Bild, escandalizó a algunas personas al pedir disculpas por la cobertura mediática que había llevado a cabo, basada en el miedo al coronavirus, especialmente a los niños a los que se les dijo que podían matar a su abuela su no cumplían las normas y restricciones.
Pero las imposiciones sanitarias sólo se aplican a los pringaos. En una reunión con otros dirigentes mundiales en Roma, Merkel se colocó una mascarilla al salir de su vehículo, para quitársela en cuanto entró en el edificio inmediatamamte después. El teatrillo es sólo para posar ante las cámaras de la televisión y los fotógrafos.
(*) https://www.thelocal.de/20211101/several-german-companies-planning-vaccine-only-office-canteens/
El objetivo inmediato, la sumisión total mediante el terror. Los secundarios, la rentabilización como materia prima de las masas humanas a las que se les está extrayendo su salud convirtiéndolas en crónico-demandantes de medicación e implantes de la colosal industria biónica en ciernes.
Y por su puesto, la modificación (a la baja) de sus fechas de caducidad para poder ser finiquitadas una vez terminado el contrato, es decir: una vez finalizada su vida «útil» (no molesten y abran paso, por favor).
Los grandes oligarcas y las grandes como Bayer (perfectos ejemplos de vacunazis en su salsa) propician el cambio de paradigma, por uno (tarado-eugenésico) u otro (puramente-económico) motivos. Y los borregos (sean simples parias, o sean personalidades con una posición social, un sueldo interesante o un cierto poder que perder) obedecen, presas del terror, la cobardía y la falta de conciencia. Merece su ignominioso destino sólo el segundo grupo, por supuesto. Y ya lo están teniendo. Escojan su ejemplo entre los múltiples famosos que se han visto o ya se están viendo afectados.
Todo ello no es un guión para una distopía de ciencia ficción; simplemente es COVID 19(84). Quien tenga valor para asumirlo, que lo haga. Quien no, que ponga el brazo y se lo tome con calma… ya que lo va a tener que hacer unas cuantas veces.
En 1789 rodaron cabezas por asuntos de mucha menor importancia y calado.
Cómo de desesperados deben estar para atreverse a reavivar el apartheid y el holocausto… Que no cunda el pánico, cuanto más restrictivas sean las medidas, más señal de que no nos tienen a sus pies. Ya veo el sol saliendo por el horizonte…