El 10 de septiembre de 2014 Estados Unidos anunció la formación de una coalición internacional con la participación de 86 países para erradicar al Califato Islámico, que se había establecido en Siria a finales de junio.
Las operaciones militares comenzaron en Siria e Irak a principios de 2015. Sin embargo, fue más que una simple campaña contra el terrorismo: las operaciones sirvieron para el avance de las ambiciones estratégicas de Estados Unidos en Oriente Medio, incluido el establecimiento de bases militares para asegurarse la influencia en el este de Siria y proteger los intereses de Israel.
Washington explotó la campaña contra el Califato Islámico para desplegar alrededor de 2.000 tropas en Siria, una ocupación que viola el derecho internacional. En 2016 las fuerzas estadounidenses impusieron su presencia en Al Tanf, una base militar ubicada en la triple frontera entre Siria, Irak y Jordania. Esa posición, al sur del Éufrates, domina una ruta de suministro vital entre Teherán, Damasco y Beirut, que Estados Unidos considera crucial para el control de la región.
La base de Al Tanf se estableció inicialmente en 1991, antes de la Segunda Guerra del Golfo, se reactivó durante la invasión de Irak en 2003 y luego se cerró después de que las fuerzas estadounidenses consolidaron su control en Irak. Fue reabierta en 2016 tras la salida del Califato Islámico de la región.
Desde entonces, Al Tanf ha servido no solo como base de entrenamiento para los mercenarios de Maghawir Al Thawra respaldados por la CIA, sino también como piedra angular de intereses estadounidenses más amplios.
Se suponía que Al Tanf facilitaría la lucha en curso contra el Califato Islámico, contrarrestaría las actividades iraníes y mantendría influencia en las negociaciones sobre el futuro de Siria. Sin embargo, el papel de la base va mucho más allá de estos objetivos declarados. Las fuerzas de ocupación estadounidenses en Al Tanf participan en operaciones de inteligencia ofensivas y defensivas mientras apoyan a grupos mercenarios que combaten al gobierno sirio.
La base es el núcleo del Centro de Operaciones Militares (MOC), un dispositivo común a varios estados destinado a coordinar actividades militares en el sur de Siria, con el objetivo en última instancia de socavar la soberanía siria y a aliados como Irán.
Una zona de amortiguamiento para Israel
Más allá de su papel militar, la posición estratégica de Al Tanf apoya una zona de amortiguamiento controlada que incluye al cercano campo de refugiados de Rukban. La zona ayuda a los objetivos estadounidenses e israelíes al crear una barrera física entre Siria e Irak.
La base también facilita las operaciones israelíes en el espacio aéreo sirio, proporcionando apoyo logístico a las misiones de la fuerza aérea que eluden las defensas aéreas sirias. La colaboración entre Estados Unidos e Israel ha sido bien documentada, con Al Tanf sirviendo como punto de lanzamiento para ataques aéreos israelíes en el interior de Siria, que quedarían mucho más expuestos en otras circunstancias debido a los sistemas antiaéreos sirios.
Un informe de 2021 del Instituto Washington indicó que la presencia estadounidense en Al Tanf benefició directamente a Israel, apoyando su “batalla entre guerras”, un enfoque estratégico diseñado para minimizar los riesgos y explotar las debilidades de las defensas sirias.
La presencia estadounidense en Siria sirve para proteger a Israel, ya sea cortando los lazos geográficos entre miembros del Eje de la Resistencia o desplegando radares y sistemas avanzados de defensa aérea para proteger los intereses del gobierno de Tel Aviv.
Un escudo aéreo de Israel en Siria
La base facilita de manera crucial los ataques de la Fuerza Aérea israelí contra objetivos en el interior de Siria, ataques que no podrían haberse llevado a cabo desde Líbano o los Altos del Golán ocupados debido a la distancia. Desde 2018, cuando las defensas aéreas sirias derribaron un F-16 israelí, el ejército israelí ha evitado absolutamente entrar en el espacio aéreo sirio desde su lado occidental.
La importancia de esta base radica tanto en la existencia de una zona de amortiguamiento como de un escudo aéreo con un radio de 55 kilómetros. Estas zonas se crearon tras el acuerdo de no beligerancia entre Rusia y Estados Unidos en Siria. La base también jugó un papel en la lucha contra los ataques con drones y misiles iraníes durante las Operaciones Promesa Verdadera 1 y 2, ya sea proporcionando vigilancia por radar o intentando derribarlos, como el papel desempeñado por otras bases estadounidenses en Siria y en toda la región.
Los aviones de combate israelíes ya han utilizado el corredor a lo largo de la frontera entre Jordania y Siria y el espacio aéreo alrededor de Al Tanf para entrar en el espacio aéreo sirio con el fin de desencadenar ataques.
La importancia de Al Tanf fue evidente durante la primera presidencia de Trump, quien a menudo habló de retirar las tropas estadounidenses de Siria. Sin embargo, la situación sobre el terreno tenía algunos matices importantes. Cuando Trump hacía declaraciones públicas sobre la retirada de tropas, los miembros de su gobierno, incluido el asesor de seguridad nacional, John Bolton, se preocupaban de mantener posiciones clave, como Al Tanf. Bolton dijo que cualquier retirada de Siria estaría condicionada a un acuerdo con Rusia para reemplazar las fuerzas estadounidenses en Al Tanf, garantizando así que se salvaguarden los intereses de seguridad israelíes.
Una tentación para las milicias irakíes y sirias
Con el inminente regreso de Trump a la Casa Blanca, están resurgiendo preguntas sobre el futuro de la participación militar estadounidense en Siria. Se espera que, a pesar de cualquier retórica renovada sobre la reducción del compromiso militar, Al Tanf siga siendo un punto clave para mantener la influencia estadounidense en Siria y la región.
El año pasado el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark Milley, visitó Al Tanf, destacando su importancia para la seguridad de Israel y confirmando que no hay planes de retirada a la vista. Al Tanf seguirá desempeñando un papel clave en la estrategia de Washington en Oriente Medio, incluso cuando disminuya su presencia en otras partes de Siria.
Sin embargo, ¿es viable es la presencia estadounidense en Al Tanf, dada la creciente resistencia regional? Algunas milicias irakíes y sirias están atacando posiciones estadounidenses, debilitando así la capacidad de Washington para mantener el control sobre Al Tanf.
El gobierno de Damasco podría aprovechar su propia “resistencia popular” para presionar, obligando así a las tropas estadounidenses a abandonar Siria, como ocurrió a principios de año con el levantamiento tribal en Deir Ezzor.