El martes de la semana pasada la OSHA (Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo) suspendió el decreto de Biden que imponía la vacunación obligatoria a los trabajadores de las grandes empresas privadas de Estados Unidos (*).
Sin el apoyo de la OSHA, la vacunación obligatoria de Biden pierde uno de sus principales argumentos (si es que tenía alguno).
En un comunicado, la OSHA dijo: “El tribunal ha ordenado que la OSHA no tome ninguna medida para aplicar o hacer cumplir el requisito de la vacuna hasta nueva orden del tribunal”.
Se refiere al Tribunal de Apelación del Quinto Circuito de Estados Unidos, que ha confirmado la suspensión del decreto de la Casa Blanca.
La vacunación obligatoria ha acumulado varias sentencias desfavorables de los tribunales y ahora se le añade un obstáculo administrativo. A pesar de ello, la Casa Blanca sigue empreñada en ordenar a las grandes empresas que vacunen a los trabajadores o les obliguen a realizarse continuas pruebas de coronavirus.
¿Por qué Biden eligió una agencia como la OSHA, en lugar del Departamento de Salud y Servicios Humanos, para obligar a millones de trabajadores, en su mayoría jóvenes y sanos, a que se vacunen?
Lo mismo que todos los “progres”, los miembros del partido demócrata de Estados Unidos se escudan en que la vacunación obligatoria es por el bien de los propios trabajadores, cuya salud está encomendada a la OSHA.
La OSHA se ocupa de las sustancias peligrosas y los riesgos en el lugar de trabajo, como la exposición a sustancias químicas en las plantas de fabricación.
Pero el gobierno actual está decidido a imponer la vacunación a todos los sectores de la sociedad estadounidense, y se ha aferrado a los grandes capitalistas para que hagan el trabajo sucio.
El Tribunal Federal estableció en su sentencia que había una serie de impedimentos legales en torno a la OSHA, que implicaban tanto al alcance de su competencia, como al decreto de Biden.
La legislación en la que se basa el decreto establece explícitamente que sólo se puede emitir un decreto de emergencia, como el de la vacunción, cuando los trabajadores están expuestos a un “peligro grave” que requiere una acción inmediata.
Por lo tanto, al suspender la vacunación obligatoria, la OSHA admite que no hay ningún peligro sanitario para los trabajadores.
A pesar de los reveses judiciales y administrativos, la vacunación obligatoria se resolverá ante el Tribunal Federal de Apelación de Cincinnati.
(*) https://www.osha.gov/coronavirus/ets2
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