Silencio, estamos rodando |
Según una nota oficial del Ministerio del Interior publicada en su página oficial de Facebook, además de los ayudantes del fotógrafo, la red incluía a los padres de los pequeños actores, todos los cuales fueron detenidos en la provincia de Suez.
La policía fue testigo presencial de una sesión de fotografías realizada en las ruinas de un edificio ilegal demolido por decisión de las autoridades municipales que servía de plató para las fotos de la red.
A la policía que patrullaba la zona le llamó la atención una menor que andaba con un vestido blanco ensangrentado y un oso blanco de peluche en las manos. El juguete también estaba lleno de manchas rojas. Según pudieron ver los policías, la supuesta “sangre” era pintura roja.
Tras una breve investigación y un estudio sobre la creación de la red, el fotógrafo confesó a la policía que quería publicar estas imágenes en las redes sociales haciéndolas pasar por imágenes tomadas en Alepo. El fotógrafo fue detenido por la policía durante cuatro días, mientras duró la investigación del incidente.
Los demás participantes de las sesiones fotográficas fueron puestos en libertad bajo fianza.
Los miembros de la red tenían un equipo de filmación rudimentario, aunque incluía una cámara de vídeo, seis smartphones y un mezclador de líquidos para simular el color de la sangre.
No es la primera que ocurre algo parecido. Las agencias internacionales de noticias pagan grandes sumas de dinero por cualquier clase de material videográfico sobre Alepo, especialmente si aparecen niños involucrados.
Algunos medios, como France Info, están tan ávidos de sensacionalismo que han tenido mala suerte. Fíjense en esta foto de una niña huyendo de la horrenda masacre de Alepo:
Pues no tiene nada que ver con Alepo. Se trata de un videoclip de la cantante libanesa Hiba Tawaji que alguien ha descargado de YouTube para ilustrar una crónica tan ficticia como la foto que la acompaña: