Faltan poco más de dos meses para que se celebren las Olimpiadas y Amnistía Internacional muestra su preocupación por “el riesgo potencial” de que la policía repita las matanzas cometidas durante el Mundial de Fútbol de 2014.
La policía brasileña ha puesto en marcha “las mismas políticas de seguridad mal concebidas que provocaron un gran aumento de los homicidios y las violaciones de derechos humanos a manos de las fuerzas de seguridad” por el Mundial de Fútbol.
“Cuando en 2009 se adjudicaron los Juegos Olímpicos de 2016 a Río, las autoridades prometieron mejorar la seguridad para todos. En su lugar, hemos visto desde entonces que la policía ha matado a 2.500 personas en la ciudad sin apenas rendición de cuentas”, afirma Amnistía Internacional.
Un portavoz de Amnistía Internacional indicó que “parece que Brasil ha aprendido muy poco de los grandes errores que cometió durante años en materia de seguridad pública”, ya que “la política de ‘disparar primero y preguntar después’ ha convertido a Río de Janeiro en una de las ciudades más letales del planeta”.
Amnistía Internacional subraya que decenas de personas resultaron heridas y cientos fueron detenidas arbitrariamente durante la represión policial de las protestas que hubo en Brasil antes y durante el Mundial de 2014, año en el que las operaciones de las fuerzas de seguridad para “asegurar” las ciudades donde iban a celebrarse los partidos de fútbol dejaron al menos 580 muertos en el Estado de Río de Janeiro.
Los homicidios por operaciones policiales aumentaron un 40 por ciento en 2014 en el Estado de Río de Janeiro y un 11 por ciento más en 2015, con 645 personas fallecidas a manos de la policía. Además, más de 100 personas han sido víctimas de homicidio este año en la ciudad de Río de Janeiro, la gran mayoría jóvenes de raza negra que vivían en favelas u otras zonas marginadas.
Brasil ha anunciado recientemente el despliegue de alrededor de 65.000 policías y 20.000 soldados para vigilar los Juegos Olímpicos, en la que podría ser la mayor operación de seguridad de la historia de Brasil. Esto incluirá el despliegue de personal militar para encabezar operaciones en las favelas, algo que “en ocasiones anteriores ha causado toda una serie de violaciones de derechos humanos que aún no se han investigado y sancionado debidamente”, asegura Amnistía Internacional.