El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, máximo dirigente de Los Verdes, no ha podido asistir a la cumbre sobre el calentamiento de Dubai a causa de la ola de frío polar que sacude a Europa. Varios aeropuertos están cerrados por la nieve.
Debido a las nevadas, los vuelos desde Múnich no pueden despegar. Los servicios aeroportuarios de la capital bávara admitieron haber retirado desde el 1 de diciembre tanta nieve como la que suelen retirar durante todo el invierno. El domingo, el aeropuerto reanudó parcialmente sus operaciones y, a pesar de ello, 560 de los 880 vuelos fueron cancelados.
Pero toda esta situación no estuvo exenta de ironía. El avión, que debía volar a Dubai para la conferencia sobre cambio climático COP28, se quedó pegado a la pista debido a la helada.
Además, el gobierno alemán no tiene dinero para pagar la “transición ecológica”. En realidad, no puede pagar casi nada, como ya hemos explicado en entradas anteriores. Está atrapado en una crisis presupuestaria desde que el Tribunal Constitucional prohibiera el uso de préstamos que ayudaban a disimular el aumento de la deuda pública.
De golpe la sentencia ha creado un déficit de unos 24.000 millones de euros en el presupuesto. Habeck no podrá subsidiar sus faraónicos proyectos “ecológicos” sin arruinar completamente a los alemanes.
Las políticas medioambientales del ministro de Economía ya han dañado el medio ambiente. Sus turbinas eólicas están secando la tierra y se están cerrando plantas de energía nuclear y reemplazándolas por las viejas centrales de carbón.