Ante las cámaras de la CNN, el economista jefe de Moody’s Analytics, Mark Zandi, ha estimado que la crisis puede enviar al paro a casi 80 millones de trabajadores en Estados Unidos, lo que es tanto como decir la mitad de la fuerza de trabajo.
Zandi suaviza un poco el panorama recurriendo a la palabra de moda: “riesgo”. De las previsiones de paro, 27 millones de trabajadores tienen un “alto riesgo” de ir a la calle, principalmente en transporte y viajes, recreación y hospitalidad, servicios de ayuda temporal, y perforación y extracción de petróleo.
“Tal vez el 20 por ciento de estos trabajadores, o unos 5 millones de puestos de trabajo, se verán afectados”, dijo Zandi. Otros 52 millones de puestos de trabajo están en “riesgo moderado” en los sectores de educación, comercio minorista, construcción y manufactura. De ellos alrededor de 5 millones de estas personas podrían estar desempleadas o subempleadas.
La semana pasada, las solicitudes de desempleo se dispararon en Estados Unidos a 3.283 millones, otro récord histórico que supone cinco veces el registro anterior, que data de 1982.
Durante la crisis financiera de 2008-2009 la economía perdió cinco millones de puestos de trabajo en un año. Ahora se perderá probablemente la misma cantidad en sólo dos semanas. La tasa de desempleo podría duplicarse en un mes, según el Banco de América, e incluso saltar al 9 por ciento según Goldman Sachs.
El viernes Trump aprobó la ley Cares, un plan de apoyo de 2.000 millones de dólares para apoyar la economía del país, al que calificó como “el mayor plan de apoyo en la historia de Estados Unidos, el doble de grande que cualquier otro plan de apoyo jamás implementado”, escribió en su cuenta de Twitter.