La más importante y más sangrienta de las operaciones sionistas contra los pacíficos habitantes árabes de Palestina ocurrió en una fecha que ahora vive en la memoria de todo árabe: el 9 de abril de 1948. Los árabes tuvieron su propio “Lidice” para llorar sobre él; su propia tragedia tuvo que ser contada una y otra vez. Sobre aquella fecha ocurrió la tragedia que ningún libro sobre Palestina de este período de cualquier nacionalidad o color político. sionista o no sionista, puede ignorar. Es la historia de la matanza de Deir Yassin.
El objetivo sionista de arrojar a los árabes de Palestina fue ampliamente logrado por lo que pasó en Deir Yassin. El horror que produjo en el pacífico pueblo de Palestina. cuando fueron conocidas las noticias sobre Deir Yassin, provocó el más masivo éxodo de pánico imaginable. Los sionistas llaman al episodio “Deir Yassin y después…”
Deir Yassin era una pequeña aldea árabe tres millas al oeste de Jerusalén. No tenía nada de excepcional y ninguna importancia estratégica. A pesar de estar cerca de Jerusalén, quedaba fuera de la carretera entre Jerusalén y Tel Aviv y nadie la tuvo nunca en cuenta. Levin, el locutor de la Haganah, describió la aldea con estas palabras: “Deir Yassin era una de las pocas aldeas árabes pacíficas en los alrededores de Jerusalén. Cuando una banda árabe intentó asentar su base allí el mes pasado [marzo de 1948], los vecinos mismos la rechazaron, al costo de la vida del hijo del muktar” (alcalde).
La gente de Deir Yassin no deseaba tomar partido en la lucha entre árabes y judíos. Aunque eran árabes continuaron siendo neutrales. Estos hechos, que la aldea no tenía ninguna importancia estratégica y que sus habitantes eran pacíficos, son aceptados por casi todos los que han escrito sobre la suerte de la aldea, excepto Begin, que la hizo famosa gracias a lo que sus hombres hicieron en ella.
Una investigación británica del período declara que los habitantes de Deir Yassin “tenían reputación de pacíficos y de llevarse bien con sus vecinos judíos”. Aunque Begin pretende que Deir Yassin “era un importante eslabón en la cadena de posiciones árabes que encerraban Jerusalén desde el Oeste”.
A pesar de esta declaración, en la misma página de sus memorias admite que “el comandante de la Haganah en Jerusalén anunció que su captura no tenia ningún valor militar y era, por supuesto, contraria al plan general para la defensa de Jerusalén”. Esto demuestra que las pretensiones de Begin eran solamente intentos para excusar lo que hicieron sus hombres en aquella aldea. En la medida final, lo que sea de verdad sobre la posición de la aldea, lo que ocurrió allí el 9 de abril nunca puede excusar a los terroristas por cualquier aspiración que pudieran haber tenido referente a la posición “estratégica” de la aldea.
En la mañana de aquel día, “una fuerza del IZL [Irgún] y del Grupo Stern de unos doscientos hombres atacó a la aldea árabe”. Los hombres de la aldea estaban trabajando fuera. Begin describe el principio del incidente. Dice que “uno de los nuestros, que llevaba un altavoz, se colocó a la entrada de la aldea y exhortó en árabe a todas las mujeres, niños y viejos a marcharse de sus casas y refugiarse en las faldas de la colina”. Algunas de las mujeres y niños lo hicieron, pero no todos. Parece que hubo alguna defensa por parte de los árabes, porque hubo lucha. Según Begin, sus hombres “se vieron compelidos a luchar casa por casa [y] para derrotar al enemigo utilizaron un gran número de granadas de mano”, que lanzaron a las viviendas.
En este ataque -dice Begin- sus terroristas “tuvieron cuatro muertos y casi cuarenta heridos”. Sin embargo, según el comandante del Irgún de la fuerza atacante, en un discurso que dirigió a los judíos de Nueva York durante una visita a Estados Unidos más tarde, las víctimas terroristas fueron “8 muertos y 57 heridos”. De los habitantes de Deir Yassin, sin embargo, “unos 250 murieron, alrededor de la mitad de ellos eran mujeres y niños”, según una investigación británica de aquel período. La manera en que estos árabes fueron asesinados causó horror y pánico entre los árabes de Palestina.
Después de acabar con la defensa árabe, los terroristas del Irgún y del Grupo Stern agruparon a los habitantes de Deir Yassin, de los cuales más de la mitad eran mujeres y niños y les dejaron de pie bajo vigilancia en la plaza de la aldea, mientras ellos entraban en las casas y saqueaban todas las cosas de valor que pudieran coger.
La carnicería, que es conocida por todo árabe como “la matanza de Deir Yassin”, empezó en seguida. Los terroristas judíos clavaron sus bayonetas y asesinaron a las mujeres que estaban embarazadas, cortaron a los niños que gritaban en pedazos, delante de los ojos de sus madres. Mutilaron a las mujeres jóvenes y muchachas, cortando sus miembros después de violarlas. Ancianos y hombres jóvenes fueron deliberadamente torturados hasta la muerte, mientras que las mujeres y muchachas que quedaban fueron despojadas de toda su ropa y metidas en camiones y llevadas a Jerusalén para hacer con ellas un desfile en el barrio judío de la ciudad.
Inmediatamente después de la matanza, la Haganah llegó y bloqueó la aldea durante dos días para evitar la entrada mientras quemaban los cadáveres y echaban los restos en los pozos de la aldea en un esfuerzo para borrar toda huella de las atrocidades. Cuando el representante en Palestina de la Cruz Roja Internacional, De Reynier, visitó la aldea dos días más tarde, logró ver alguna de las huellas de lo que había ocurrido.
Quedó horrorizado por lo que vio, la impresión de la acción de la IZL que se formó fue que había sido “una matanza deliberada”. Más tarde escribió un libro sobre su misión en Palestina con la Cruz Roja, en el cual incluye sus impresiones de la matanza. Según el reportero de “Kol Israel”, de la Haganah, Harry Levin, que conoció a De Reynier a su vuelta a Jerusalén después de la visita a Deir Yassin, “no quería hablar, solamente cerró sus labios y dijo: ‘¡Horrible, horrible!’”.
Levin, sin embargo, recibió su informe de la matanza de dos fotógrafos de la Haganah, que habían acompañado a De Reynier en la visita; de hecho sólo uno de los fotógrafos habló, porque el otro “estaba demasiado impresionado para decir cualquier cosa”. El hombre dijo que “él vio un gran montón de cuerpos quemados y medio quemados en una zanja; [también] otro montón de cuerpos de niños, alrededor de dieciséis [y] en la habitación de una de las casas estaban los cadáveres de una mujer y un niño”.
La acción de la Haganah de bloquear la aldea fue llevada a cabo con la intención de evitar la evidencia de la matanza; esto es por lo que a De Reynier se le impidió la entrada durante dos días. Sin embargo, hoy día sabemos casi todo lo que ocurrió aquel día de testigos que han sobrevivido, de lo que admitieron los terroristas que tomaron parte en la matanza, de los informes hechos por la Cruz Roja y otras organizaciones internacionales, tanto como de las fotos de la Haganah, de las que existen todavía reproducciones, de las cuales yo mismo he visto.
Una relación británica de la historia es la siguiente:
“Un mes antes que el Mandato terminara, esto es, a mediados de abril de 1948, dos israelíes borrachos estaban sentados en la terraza de un café en un lugar que se llamaba Deir Yassin, cuando una mujer árabe embarazada pasó.
— ¿Niño o niña? -preguntó uno de los israelitas a su compañero.
— Niño, seguramente.
— Te apuesto a que es una niña.
— Agárrala mientras lo averiguo.
Entonces él cogió una botella de cerveza, rompió el fondo y con lo que quedó de la botella abrió el cuerpo de la mujer, que gritaba, y la dejó tirada para que muriera”.
“Y no hay ninguna duda acerca de que una banda israelita entró realmente en Deir Yassin una mañana cuando los hombres estaban trabajando fuera y mataron a un cierto número de mujeres y niños cuyos cuerpos fueron arrojados a los pozos de la aldea. Existe un testimonio jurado sobre el asunto. Lo que hizo más odioso el crimen es el hecho que Deir Yassin, que es un suburbio al oeste de Jerusalén, es uno de los pocos lugares donde anteriormente árabes y judíos vivían en términos amistosos”.
Las fuentes británicas dicen que las víctimas asesinadas en la matanza de Deir Yassin fueron 250; las fuentes árabes dicen que la cifra exacta fue exactamente 254. Entre ellas había un total de 137 mujeres, de las cuales 52 fueron descritas como “madres que criaban niños, algunos de los cuales tenían pocos meses”. Del resto de las mujeres, 25 estaban embarazadas y las otras eran muchachas y mujeres solteras.
A través de las memorias de Begin sabemos que la Haganah y, en consecuencia, su supervisora la Agencia Judía, conocía de antemano la intención de Irgún de atacar Deir Yassin. Begin manifiesta que recibió una carta de Shaltiel, comandante de la Haganah en Jerusalén, en la cual éste le decía: “He sabido de vuestro plan de atacar Deir Yassin. Deseo señalar que la captura y control de Deir Yassin es una de las etapas de nuestro plan general. No tengo ninguna objeción a la realización de esta operación, con tal de que ustedes puedan controlar el pueblo”. El plan era apoderarse de Deir Yassin y utilizar el campo “para establecer un aeródromo”. Existe una contradicción obvia entre esta declaración y otra del mismo comandante de la Haganah que cita Begin (que ya he reproducido), en la cual aquél declaraba que la captura de Deir Yassin era “por supuesto, contraria al, plan general de defensa de Jerusalén”.
Las noticias de la matanza de Deir Yassin causaron honda impresión en Palestina y el mundo árabe. Los árabes de Tierra Santa quedaron estupefactos. De pronto comprobaron que ser apacibles campesinos no les salvaba del salvajismo judío-sionista. De esta manera, cuando los terroristas sionistas se acercaban a una aldea para atacarla, los habitantes árabes huían aterrorizados. Pronto, pueblos y ciudades fueron evacuados, y cuando los sionistas se enfrentaron con obstinados árabes que rehusaron marcharse, los terroristas con gusto repetían algunos de los actos de la tragedia de Deir Yassin en su beneficio. Los pateaban, los golpeaban y los obligaban a correr a tiros, o torturaban a cuantos tuvieran tiempo para hacerlo. Abundan los relatos del salvajismo judío en Palestina; han sido repetidos de forma ilimitada por Israel en tierras árabes ocupadas como resultado de la guerra de junio de 1967.
Begin insiste en describir los detalles de la matanza con “relatos increíbles de la carnicería Irgún”. También acusa al alto mando árabe y a la Agencia Judía por haber, los dos de acuerdo, fabricado la matanza. Manifiesta que las radios árabes informaron repetidamente a los árabes de Palestina de esos “relatos increíbles”, lo cual inducía a los árabes a huir presos del pánico y del terror. Según la evidencia que se desprende de escuchar los programas de todas las radios árabes en 1948, sin embargo, las declaraciones de Begin son sucias mentiras del principio al fin. Con respecto a la acusación de Begin que la matanza era una fabricación de la Agencia Judía, basta señalar que la Agencia pidió excusas públicamente de la matanza, para ver que la acusación no es cierta. Si la matanza nunca se realizó, como Begin quiere hacernos creer, entonces ¿a qué se debe que la Agencia Judía encontrara la carnicería tan monstruosa que Ben Gurion, su dirigente ejecutivo y más tarde primer ministro de Israel, pidiera excusas públicamente al rey Abdullah de Transjordania por las acciones terroristas? Seguramente esto es una suficiente evidencia. La Agencia Judía declaró que deploraba “la ejecución de semejantes brutalidades como simplemente repugnante”, y además expresó “su horror y repulsión por la bárbara manera en que la acción fue llevada a cabo”.
El novelista y escritor sionista Arthur Koestler, que había conocido a Begin y que fue descrito por el comandante del Irgún como escritor “que se dedicaba a la rama especial de la literatura que se puede llamar psicología política” (en otras palabras, un propagandista sionista), declaró, sin embargo, que “el baño de sangre de Deir Yassin fue la peor atrocidad cometida por los sionistas en toda su carrera”.
Jon Kimche, el judío británico y escritor sionista que estaba en Jerusalén en el momento de las atrocidades de Deir Yassin, describe la matanza como “la mancha oscura en la hoja de servicios judía”. Continúa, para dar a sus lectores una frase que indica la posterior justificación terrorista de lo que ocurrió en Deir Yassin. Dice: “Es históricamente importante porque se convertirá en el principio de una segunda leyenda con que los terroristas intentaban servir a su causa y justificar sus hazañas. De la misma manera que ellos afirmaban que la decisión británica de dejar Palestina era el resultado, de los ataques terroristas sobre las tropas británicas, más tarde justificaron la matanza de Deir Yassin porque desembocó en el pánico que hizo huir a los árabes que quedaban en el ‘Estado Judío’ y disminuyó las pérdidas judías”.
Notas:
— Haganah: organización terrorista sionista, antecedente del Mosad
— Irgún: organización terrorista sionista
— Grupo Stern: organización terrorista sionista que ofreció sus servicios a los nazis
— Menahem Begin: terrorista miembro del Irgún y luego Primer Ministro de Israel
A la vista de este informe, y no sólo de este informe, cabe deducir que es una pena que el holocausto por los nazis no fuese más exhaustivo. Lo mío son palabras, tan sólo.
El "holocausto" fue la mentira inventada para justificar esto, (y todo lo demás), existió pero no en los términos manipulados que se nos presenta y que es delito contradecir. Tampoco tuvieron culpa de lo que pudieran hacer los mandatarios nazis el pueblo Alemán, mucho menos el pueblo Palestino que ni intervino en la guerra.
La entidad sionista es desde su creación un nido de asesinos bestiales, incluso antes de robar las tierras a los Judíos originales y Árabes que vivían allí. Si los judíos han sido expulsados de todos los países durante muchos siglos, debe ser por algo.
Estimado Piedra, en este trabajo que colgué en mi blog: « tinyurl.com/nbes7nr» a modo de respuesta motivada por tu comentario, hallarás aclaraciones suficientes a ese enorme algo. Saludo
Pues habrá que leerlo.