El Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela ha publicado un comunicado en el que afirma que Estados Unidos ha abierto la caza de sus petroleros.
Las exportaciones de petróleo son el 90 por ciento de su balanza comercial, un talón de Aquiles que el bloqueo quiere explotar.
La superproducción y el desplome de los precios mundiales también han sacudido al petróleo venezolano. El gobierno de Maduro está vendiendo el barril por debajo de los 5 dólares y tiene muchos problemas para encontrar compradores que no tengan miedo a las sanciones de los imperialistas.
Es un auténtico desastre económico. Venezuela se ve obligada a pasar a la clandestinidad en busca del contrabando, los mercados negros y los países del Eje del Mal, como China, India e incluso Rusia.
A su vez, para eludir las sanciones la empresa Rosneft ha puesto sus activos en el Caribe a nombre de una empresa pública de tal manera que cualquier ataque de Estados Unidos suponga enfrentarse al gobierno de Moscú.
En el mercado internacional del crudo hay “petroleros oscuros”, buques pertenecientes a pequeñas empresas que navegan bajo otro pabellón, por ejemplo liberiano, con el sistema de identificación automática (AIS) desconectado. Al acercarse al Caribe esos buques cisterna desconectan su AIS y desaparecen del radar. Una vez que repostan, vuelve a salir a alta mar y reconectan el AIS.
¿Engañan estos trucos a Estados Unidos? Evidentemente no. Las técnicas modernas permiten a los imperialistas vigilar cada uno de los movimientos de las buques cisterna que hay en el mundo, como demostraron al perseguir a los buques que contrabandeaban petróleo irakí a principios de este siglo.
Pero hasta la fecha Washington ha decidido hacer la vista gorda ante el mercado paralelo. No sabemos por cuánto tiempo. De momento han enviado su flota a las costas de Venezuela para imponer el bloqueo marítimo.
Dentro de poco pondrán en la lista negra a todos los barcos que no cumplan con las sanciones. Luego harán una demostración de fuerza capturando un petrolero como chivo expiatorio al estilo de la crisis de los misiles en Cuba. La flota requerirá al capitán del petrolero que detenga la marcha y las fuerzas especiales lo abordarán.