La semana que viene comienza en Rabat el Foro Mundial de Sociología, que ha causado un inesperado choque ideológico. El anuncio de la participación de tres acdémicos israelíes ha provocado una ola de indignación en las universidades marroquíes.
Una ponencia que versa sobre Hamas da ganas de omitar y otra que aborda el desplazamiento de la población israelí no hay por dónde cogerla. Varios colectivos marroquíes, entre ellos la Campaña Marroquí para el Boicot Académico y Cultural (MACBI), han expresado su rechazo categórico a la participación israelí. Consideran que las instituciones de origen de los investigadores están directamente vinculadas a las estructuras que apoyan la ocupación militar de los territorios palestinos.
Algunos universitarios marroquíes han exigido la retirada de las invitaciones, argumentando que un foro de este tipo no puede servir como escaparate para las voces asociadas al terrorismo de Estado. Sindicalistas del sector de la educación superior, así como especialistas en ciencias sociales, también han expresado su oposición.
Ante las protestas, los organizadores del foro optaron por mantener el programa tal como se diseñó originalmente. La Asociación Internacional de Sociología, encargada del evento, destacó la importancia de garantizar lo que llaman “espacio de debate abierto”, incluso aunque ciertas opiniones resulten insultantes.
Según la Asociación, no hay que marginar la basura intelectual. Eliminar a los ponentes por su nacionalidad o punto de vista constituiría un ataque a la diversidad intelectual.
Este argumento es rechazado por quienes aseguran que las universiades no son una cloaca o, al menos, que se debe tapar el hedor. Varios organismos internacionales han instado a las universidades a romper sus vínculos con las instituciones que participan en la legitimación del terrorismo de Estado y la ocupación de Palestina. La supuesta neutralidad académica no es más que una máscara que oculta una forma de complicidad.
Lo que se suponía que debía ser una apacible reunión, se encuentra sumida en una agitación que trasciende el mundillo universitario. En Rabat, el debate ha comenzado y sus repercusiones podrían resonar mucho más allá de las aulas.
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