La herencia soviética en África

En febrero de 1960 se inauguró la Universidad de la Amistad de los Pueblos en Moscú. El objetivo era proporcionar a los estudiantes del Tercer Mundo una educación superior de alto nivel. Entonces nadie se preocupaba por lo que se llamaban “países subdesarrollados”, que empezaban a liberar amarras de las viejas potencias coloniales, que nada habían dejado en pie (y mucho menos universidades).

La iniciativa pasó totalmente desapercibida en los círculos occidentales, pero tuvo un éxito instantáneo. Antes de su apertura recibió cerca de 2.000 solicitudes para 500 plazas disponibles. Las ayudas proporcionadas a cada estudiante seleccionado son apreciables: una asignación mensual, alojamiento en una residencia y, sobre todo, un apoyo educativo impresionante: alrededor de 800 profesores para 4.000 estudiantes.

Los estudiantes africanos fueron tratados como príncipes. Cobraban de 80 a 150 rublos al mes, frente a los 50 a 70 de los becarios soviéticos, cuando el salario medio en Rusia era de unos 100 rublos.

A partir de marzo de 1961 la Universidad tomó el nombre de Patricio Lumumba, el Primer Ministro del Congo que había sido asesinado poco antes por los colonialistas belgas. Tras la caída de la URSS volvió a denominarse Universidad de la Amistad de los Pueblos y el año pasado recuperó el de Patricio Lumumba.

La herencia soviética en África está formada sobre todo por miles de ingenieros, agrónomos, médicos, farmacéuticos, ejecutivos administrativos y del sector privado, técnicos, profesores universitarios y de escuelas secundarias. Han contribuido y siguen contribuyendo a la construcción de los Estados africanos.

A finales de los años ochenta, los etíopes formados en la URSS representaban el 30 por cien de los puestos ejecutivos en el Ministerio de Asuntos Exteriores y casi la mitad de los ejecutivos en los ministerios económicos y las empresas públicas.

Algunos antiguos estudiantes de la URSS y el bloque del este europeo alcanzaron de hecho el nivel más alto en sus países. José Eduardo dos Santos, presidente de Angola desde 1979, estudió en la URSS de 1963 a 1969. Fue el principal dirigente de los estudiantes angoleños en la URSS y se licenció en ingeniería de petróleo y telecomunicaciones en Bakú. Fikre-Selassié Wogderess, Primer Ministro etíope de 1985 a 1987, estudió en el Instituto de Ciencias Sociales de Moscú en 1975. Alemu Abebe, Ministro de Agricultura de Etiopía, estudió medicina veterinaria en Moscú.

En Malí, varios presidentes se formaron detrás del Telón de Acero, entre ellos Alpha Oumar Konaré (1971-1975, Instituto de Historia, Universidad de Varsovia), Amadou Toumani Touré (1974-1975, Escuela Superior de Tropas Aerotransportadas en Riazán, URSS), Dioncounda Traoré (1962-1965, Facultad de Lengua Rusa de Moscú y Facultad de Mecánica y Matemáticas de la Universidad Pública de Moscú).

En el ámbito cultural, la URSS también prestó atención a la formación en las distintas profesiones cinematográficas (operadores, guionistas, directores, críticos de cine, iluminadores). La escuela de cine soviética desempeñó y sigue desempeñando un papel importante en la forma en que los africanos se representan a sí mismos y se oresentan ante el mundo. Entre los cineastas destaca el senegalés Sembene Ousmane, el maliense Souleymane Cissé y el mauritano Abderrahmane Sissako (Tomboctú), por nombrar sólo a algunos que estudiaron en la URSS, principalmente en el Instituto de Cine de Moscú (VGIK).

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