Tres de ellos fueron detenidos por sus propios colegas y dos acaban de asegurar ante la Audiencia Provincial de Valencia que les juzga que recibieron «presiones y amenazas» para confesar los delitos que se les imputa.
Los tres guardias civiles acusados se enfrentan a una petición de 16 años y medio de prisión. El juicio empezó el lunes y los abogados defensores de los guardias civiles solicitaron la nulidad tanto de las intervenciones telefónicas como la cadena de custodia de las pruebas, entre otros asuntos.
Dos de ellos afirmaron que sufrieron «presiones» y «amenazas» para confesar los hechos cuando fueron detenidos. Uno de ellos no se ha ratificado en la declaración que prestó ante sus colegas y aseguró ante los jueces: «Yo estaba bajo presión. Me presionaron y me dijeron que mis compañeros estaban declarando contra mí».
Otro guardia civil ha declarado que cuando le detuvieron le indicaron que o confesaba o acabaría en prisión.
A uno de los guardias civiles le detuvieron en los aseos del aeropuerto cuando le entregaba a un “correo” una mochila con 520.000 euros y el salvoconducto para pasar los controles sin problemas. En su declaración afirmó que ignoraba que estuvieran sacando dinero de España para blanquearlo y ha negado que confeccionara ningún documento para respaldar estas operaciones.
En la instrucción, declaró ante el juez que conocía al jefe de la banda, quien le ayudaba y le prestaba dinero porque atravesaba «momentos difíciles». También ha afirmado que nunca pensó que estuviese cometiendo algún delito, puesto que lo que hacía era «algún favor» a éste. «Solo pensaba que era un favor, para ayudar a las personas», dijo al tribunal.
El otro acusado, agente de Aduanas, que también ha alegado «presiones», ha indicado que conocía al cabecilla de la banda desde hacía muchos años y ha aclarado que dejó de ser Guardia Civil en junio de 2013, antes de cometerse algunos hechos de los que se le acusa.
El tercer guardia civil declaró que en dos ocasiones el cabecilla le pidió favores para que no contase el dinero que iba a sacar del país porque «los billetes eran muy pequeños y había muchos». Pero ha negado haber cobrado dinero por ayudar a blanquear dinero.
Desde julio de 2013 hasta septiembre del mismo año los guardias civiles ayudaban a sacar elevadas sumas de dinero en metálico de España a través del Aeropuerto de Manises, «de manera oculta y sin realizar los trámites legales para la declaración de los importes en los Servicios de Aduanas».
El cabecilla daba instrucciones a los “correos” que se encargaban de viajar al extranjero, recoger y facilitar el dinero para su envío fuera de España, así como gestionar los billetes de vuelo con ayuda de uno de los guardias civiles.
En su condición de sargento de la Guardia Civil destinado en la sección fiscal y desarrollando su trabajo en funciones de Resguardo Aduanero, aprovechando su facilidad de acceso y movilidad en las instalaciones aeroportuarias, se dedicaba a pasar el dinero al interior del aeropuerto eludiendo los controles de embarque, así como a confeccionar y sellar documentos de declaración de movimiento de medio pago, que posteriormente se entregaban a los “correos”.
Los otros dos guardias civiles acusados introdujeron el dinero en el aeropuerto sin pasar los controles de embarque. En compensación por todo ello, recibían una mordida en efectivo.