La fiabilidad de Erdogan

Darío Herchhoren
En los últimos días hemos sido testigos de una de las operaciones más espectaculares de cambio de chaqueta política de los últimos tiempos, y ello es debido sobre todo a la velocidad conque se ha producido dicho cambio de chaqueta, sino también a que se ha producido en una de las regiones más conflictivas del mundo.

Me refiero sin duda a las acrobacias del presidente turco Recep Tayip Erdogan, personaje que tiene una sinuosidad de invertebrado y que a continuación trataré de explicar.

Recep Tayip Erdogan es sin duda un producto genuino de la Turquía surgida después de la caida del imperio otomano al finalizar la primera guerra de 1914 a 1918. El imperio turco que estaba regido por el sultán Soleiman al que llamaban el magnífico, abarcaba un enorme territorio que englobaba en sus fronteras a la actual Turquía, Egipto, Grecia, la península arábiga, y lo que se conoce como Oriente Medio, o sea, Irak, Siria, Líbano y Palestina.

Como consecuencia de la firma del Tratado de Versailles, se produce la desaparición del Imperio Otomano, y su total desmembramiento. Las potencias vencedoras de la guerra mundial, como consecuencia de la creación de la Sociedad de Naciones, antecesora de la ONU, «designa» fideicomisarios, es decir administradores, de lo que era el Oriente Medio, más Arabia y Egipto, a Francia e Inglaterra, que se dedican a estrujar sobre todo el subsuelo rico en petróleo de esa enorme masa territorial. Ello da  nacimiento a la compañía inglesa Anglo Arabian oil Company y a la francesa Elf Aquitanie, y más tarde Total Fina.

Mientras tanto en Turquía, país muy atrasado y de base rural, surge un caudillo militar de nombre Mustafá Kemal, nacido en Salónica (actual Grecia), que asume el gobierno turco y se propone modernizar el país. Para ello, obliga a los turcos a vestirse con ropas occidentales, prohibe las barbas islámicas, cambia el alfabeto para facilitar el aprendizaje de la lectura y la escritura adoptando el alfabeto latino de 29 letras, y viaja a la URSS de donde toma los métodos de Lenin para industrializar el país, aplicando sobre todo la NEP, que era en realidad abrir las puertas a una economía capitalista, con control del estado. Kemal que es conocido por el nombre de Ataturk (que en turco quiere decir el padre de los turcos), ante la falta de partidos políticos que apoyaran su proyecto, se apoya fundamentalmente en el ejército, que es omnipresente y cuya omnipresencia marcará toda la historia de Turquía hasta la actualidad.

Esta situación trae como consecuencia la formación de una burocracia corrupta que controla todos los órdenes de la vida de los turcos, aunque con algunas excepciones que es necesario destacar por su excepcionalidad. En la década de 1950 y los primeros años de 1960 gobernó Turquía Adnam Menderes, un presidente que no provenía del estamento militar, y que logró algunos cambios que recortaron algo el poder del ejército. Terminó ahorcado tras un golpe militar. Otro caso de excepción fue la elección de Bulent Ecevit, un socialdemócrata en los años de 1970, que es destituido por un golpe militar, y la posterior elección de Turgut Ozal, proveniente de la gran burguesía turca aliada al ejército. Murió de un taque cardíaco en los años 1980.

Para entender a Turquía es necesario decir que tiene el ejército más grande de la Otan después del de los USA, y que la pertenencia a la Otan de Turquía les permite a los gobiernos turcos revestirse de una pátina «democrática» por pertenecer a una organización como esa cuyo fin declarado es luchar contra el «comunismo» y defender los valores de occidente.

Llegamos así a la elección del islamista «moderado» Gull, que nombra primer ministro al también islamista «moderado» Erdogan. Los dos son tan «moderados» como la oposición «moderada» siria, que decapita niños y bombardea ciudades con gases venenosos. Tanto Gull, como su amigo y socio Erdogan están vinculados al tráfico de opio desde Afganistán, al robo de petróleo de la martirizada Siria, del tráfico permanente de militantes takfiríes y armas para los mismos y apoyan al Estado Islámico y sus actos terroristas.

Hasta que Rusia interviene en Siria y las cosas cambian. Erdogan ha alimentado a los islamistas en las dos guerras de Chechenia, y el Servicio Federal de seguridad de Rusia tiene plena información de ello; pero esa información por ahora Rusia la mantiene en secreto. Es sin duda un naipe en la manga que guarda para jugarlo cuando haga falta; pero Rusia no puede permitir que muy cerca de su territorio, y teniendo una parte importante de población musulmana se arme un estado terrorista. En ello le va su propia seguridad.

La intervención de la fuerza aérea rusa en Siria y sus ataques aéreos contra la estructura económica del Estado Islámico, destruyendo las flotas de camiones cisternas que transportan el petróleo robado en Siria y vendido a bajo precio en Turquía, negocio de un hijo de Erdogan, el robo de las máquinas de las fábricas que existían en Alepo y su transporte a Turquía y el insoslayable apoyo de Turquía a la agresión contra Siria, convierten a Erdogan en un aliado incómodo de la Otan, y es así que la CIA monta un golpe de estado contra Erdogan y pretende asesinarlo.

El golpe fracasa totalmente, y se desata en Turquía una feroz represión contra militares y funcionarios que apoyan el golpe, y Erdogan percibe que su vida y su gobierno corren peligro, y decide cambiar de bando. Luego del derribo de un caza ruso por aviones turcos y la muerte de su piloto, Rusia corta las compras de alimentos a Turquía, y ello crea una situación económica ruinosa para los agricultores turcos que ven como sus cosechas se pudren y generan pérdidas inasumibles.

El primer ministro turco, es acusado por occidente de utilizar a los refugiados sirios como mano de obra barata en sus fábricas de productos falsificados de afamadas marcas y Turquía anda como alma en pena, buscando apoyos exteriores. Además de todo ello, el ejército turco cosecha derrotas tanto en Siria como en Irak, donde combate a los kurdos, y la Otan rápidamente se lleva de la base turca de Incirlik, todo el armamento nuclear. No se fían de un aliado tan volátil.

La situación para Erdogan no puede ser peor, y ello lo empuja a pedir perdón a Rusia por el derribo de su avión, y viaja a Moscú, a «reconciliarse» con Putin, que lo recibe como el hijo pródigo. Pero la diplomacia rusa, una de las más hábiles del mundo, no se chupa el dedo y sabe que no es posible fiarse de Erdogan; a pesar de ello, y sabiendo de la debilidad del turco, firman con él, y con Irán, un acuerdo que garantice el alto el fuego y la celebración de conversaciones de paz para Siria.

Erdogan no tiene salida y deberá, si quiere sobrevivir, acatar por ahora su «nueva» relación con Rusia y con Irán. Pero nadie se fía de él. En cuanto a la paz en Siria, personalmente creo que Bashar Al-Assad ya tiene ganada la guerra. Distinto es que gane la paz. Creo que el imperio seguirá intentando derrocarlo, aunque quizá con la llegada de Trump, las cosas se lleven por otro camino. Cuidado con Erdogan. No podemos fiarnos de él.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo