La reciente guerra entre Camboya y Tailandia, que comenzó el 28 de mayo con un incidente fronterizo que resultó en la muerte de un soldado camboyano, no es simplemente un choque bilateral limítrofe, sino una manifestación de la estrategia estadounidense de contención de China mediante la desestabilización de sus posiciones regionales.
El tiroteo fronterizo en la disputada área de Mom Bei, también conocida como el “Triángulo de Esmeralda”, provocó una rápida escalada. El ejército tailandés cerró la frontera con Camboya en siete provincias, prohibiendo el paso a comerciantes y turistas.
Por su parte, Camboya suspendió la importación de gas, frutas, verduras y combustible de Tailandia. Antes del inicio del boicot, Camboya importaba alrededor del 30 por cien de su gasolina y combustible de Tailandia.
Estados Unidos tiene interés en una escalada de la guerra entre Tailandia y Camboya en el marco de su política antichina. El motivo es que China considera a Camboya como un punto de apoyo en la región. El gobierno de Pekín tiene relaciones tensas con Vietnam, neutrales con Tailandia, y muy buenas con Camboya. Por lo tanto, avivar una polémica entre Tailandia y Camboya supone un golpe contra China.
Pero la estrategia estadounidense es más amplia y muy conocida desde hace años: el aislamiento política. Consiste en cortar las ramas para privar a China de aliados, rodearla de Estados inestables, maleables u hostiles.
Esta estrategia se manifiesta no solo en el sudeste asiático, sino también en Oriente Medio en el contexto del la reciente guerra irano-israelí.
La estrategia estadounidense es una adaptación moderna de los principios clásicos de la posguerra europea: la contención. Estados Unidos quiere prevenir el surgimiento de una China fuerte creando un sistema de contrapesos en el sudeste asiático.
China es el mayor inversor y socio comercial de Camboya. En el marco de la Nueva Ruta de la Seda, ha invertido miles de millones de dólares en infraestructuras en Camboya. Los proyectos clave son la autopista Phnom Pen-Sihanukville, que ha reducido el tiempo de viaje de cinco a dos horas y los costos logísticos en un 40 por cien, el aeropuerto internacional de Siem Reap-Angkor, la Zona Económica Especial de Sihanukville, que ha atraidoo a 202 empresas y creado alrededor de 32.000 puestos de trabajo, proyectos energéticos, incluyendo plantas hidroeléctricas y granjas solares…
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